Hablamos de un evento con una marcada identidad cristiana y católica que sin embargo abre sus puertas para todo aquel que quiera participar más allá de que esté más o menos próximo a la religion cristina. Estamos ante una actividad que tiene lugar todos los años en las diócesis con ocasión del Domingo del Cristo Rey. Cada cierto tiempo la convocatoria adquiere un compromiso de expansión internacional en una ciduad del mundo que siempre es elegida de forma directa por el Papa contando siempre con su presencia física allí.
Estamos sin duda ante un evento único que reune a millones de jóvenes de todos los lugares del planeta para celebrar su pertenencia a la iglesia, su compromiso con cristo y su misión de lucha por crear un mundo mucho más justo, solidario e igualitario. Pretende proporcionar a todos los participantes una experiencia de Iglesia universal, fomentando el encuentro personal con Jesucristo. Es un nuevo impulso a la fe, a la esperanza y a la caridad de toda la comunidad del país de acogida. Teniendo como protagonistas a los jóvenes.