Colectivos, Ayuntamientos y técnicos recuerdan en el Día del árbol la necesidad de compensar a los pueblos forestales como sumideros de CO2
El Día del Árbol o Fiesta del Árbol se conmemora cada 21 de marzo,. Este año, y por el problema de la extensión del coronavirus en España, la celebración no contempla actividades, como las que se vienen realizando estos últimos años en colegios, centros y pueblos. Una de las más participadas es la del Aula del Bosque de El Amogable, con plantación de árboles y entrega de premios del Concurso de Relatos y Dibujos con motivo del Día del Árbol, fecha que, a nivel general, incide en la importancia de proteger las superficies arboladas y bosques.
Los árboles, entre otros muchos beneficios, transforman el dióxido de carbono, responsable del efecto invernadero, en biomasa, minimizan los riesgos de inundación, y evitan la erosión, entre otras muchas funciones. De ahí, que esta función tan principal, viene siendo reivindicada en estas últimas fechas por colectivos, ayuntamientos y vecinos implicados en los pueblos forestales, entre ellos los de la comarca pinariega de Burgos y Soria.
Durante las últimas ediciones en papel de TU VOZ EN PINARES hemos publicado el trabajo realizado por Salomón Ortega,- que adjuntamos a este texto-, y con el que queremos avanzar en la concienciación sobre esta aportación a la sociedad, cada vez más necesaria. Este despertar de una reivindicación justa y argumentada ha tenido reacciones positivas por parte de políticos, técnicos y representantes de asociaciones. El objetivo es poder aunar fuerzas para hacer valer la necesidad de esta concesión a los vecindarios que están manteniendo las masas forestales de las que se beneficia toda la sociedad.
La fiesta del árbol
La primera vez que se celebró la fiesta del árbol en el mundo fue en el año 1805 en la pequeña localidad extremeña de Villanueva de la Sierra (Cáceres), una iniciativa promovida por el párroco del lugar Ramón Vacas Rojo, con el apoyo entusiasta de toda la población.1Su celebración anual tiene lugar cada 22 de mayo . Esta celebración y el estudio de los orígenes de la misma renacieron a principio de los años ochenta gracias a la labor de las maestras/os del pueblo que promovieron la creación de un parque dedicado al árbol y realizaron distintos proyectos para conseguir que esta tradición no cayera en el olvido, inculcando en los más jóvenes un sentimiento de orgullo y pertenencia hacia esta fiesta.2En diciembre de 2016 ha sido declarado Bien de Interés Cultural inmaterial.