Covaleda conmemora el centenario del gran incendio
Se cumplen cien años de uno de los sucesos más trágicos de la localidad de Covaleda. Un siglo desde que un voraz incendio redujera a cenizas casi dos terceras partes del pueblo calcinando cerca de cien casas, 93 en total, y dejando a varios centenares de vecinos sin hogar. Una noticia que conmocionó la provincia y que incluso llegó a ser publicada en periódicos de tirada nacional como el ABC que redactaban el suceso como “terrible incendio”, tal y como ha recopilado durante todos estos años la página Historia de Covaleda, donde se pueden leer esta noticia y otras que se publicaron en su día sobre este hecho.
Ahora, un siglo después, desde la biblioteca pública de Covaleda y con el respaldo del Ayuntamiento, se ha puesto en marcha una interesante muestra para recordar este trágico suceso que forma parte de la historia de este pueblo pinariego. Fotografías, recortes de prensa, vídeos y hasta la recreación de cómo comenzó la catástrofe se pueden observar en la exposición que se ha presentado con el nombre de ‘Arde Covaleda’ en memoria del incendio del 6 de septiembre de 1923. Una muestra que está ya abierta al público, de ocho y media de la tarde a diez de la noche en el mercado antiguo.
La exposición la han hecho en equipo Miguel Ángel Hernández y Cristina Tejedor. En ella han colaborado personas del pueblo aportando fotos y documentación y el Ayuntamiento ha facilitado el proyecto.
Las crónicas de la prensa de aquel día siguiente ya señalaron a la causante de dicho incendio. “El siniestro de Covaleda fue ocasionado por una anciana 'La tía Perejula' que, hallándose embriagada, prendió fuego con una tea a su cama e incendiándose el edificio”, explicaba el Heraldo de Madrid.
La página ‘Historia de Covaleda’ cuenta a la perfección este suceso: “Jueves por la mañana. Se recibe un telegrama en el Gobierno Civil de Soria. El alcalde de Covaleda, Emilio Berzosa, comunica que un incendio declarado en el corazón del pueblo ha devorado ya siete casas del pueblo y amenaza a todas las demás. Cuentan que desde los puntos más altos de la capital se puede atisbar la enorme columna de humo. A las cinco de la tarde se da por controlado el incendio. Afortunadamente, nadie ha resultado herido, aunque son muchísimos los animales que yacen abrasados dentro o a pie de las 93 casas destruidas.”
"La exposición quiere dar vida al recuerdo oral que nos han transmitidos las abuelas", explican Cristina y Miguel Ángel, "para documentarlo tenemos fotografías y documentos que abarcan desde 1900 hasta 1934, entre las fotografías hay fotos de paisajes, fuentes sierras, casonas pinariegas, personas de la época que vivieron el incendio en primera persona, como un listado de las familias que se vieron afectadas. Se ha realizado la escultura grotesca de la Sr. Felisa, 'Perejula' y tres cortos sobre el incendio, el primero en formato documental y cómo pudo suceder según una de las versiones de los periódicos. Por otra parte se ha recreado la escena del incendio en el hogar de la “tía Perejula” y un monólogo ensayo donde frente a la cámara resume su vida", concluyen Cristina y Miguel Ángel.