Covaleda plantea trasladar sus fiestas de San Quirico y Santa Julita, 15 y 16 de junio, a fin de semana
En Covaleda ha surgido en estos días una iniciativa, de la mano de la Asociación Juvenil Los Bretos, proponiendo trasladar las fiestas de San Quirico y Santa Julita a fin de semana. Esta fiesta se celebra los días 15 y 16 de junio y a pesar de ser consideradas ‘pequeñas’, por ser San Lorenzo en el mes de agosto la celebración protagonista del municipio, son días muy queridos por los covaledenses. Son las primeras fiestas del año para este municipio pinariego por lo que San Quirico y Santa Julita llegan para abrir la puerta a los festejos de la época estival.
El objetivo de cambiar las fiestas al fin de semana es únicamente que se pueda facilitar que las personas que por estudios o trabajo residan fuera del municipio puedan disfrutar de estos días festivos.
Desde el portal de Factbook de ‘Historia de Covaleda’ se explica que se “se está planteando la realización de una consulta popular entre los empadronados en Covaleda para tomar una decisión al respecto. Esta consulta se realizaría el próximo domingo 29 de marzo (Domingo de Ramos)”, señala.
Como consecuencia de la despoblación el cambio de algunas de las fiestas a fin de semana ya se ha producido en numerosos pueblos de la comarca de Pinares Burgos Soria. Por ejemplo, en Cabrejas del Pinar hace años que las fiestas de Las Candelas se pasaron al primer fin de semana del mes de febrero. “Se hizo una votación popular y la mayoría decidió este cambio. Hay que ir con los tiempos que corren, y eso no cambia el sentimiento festivo que tenemos en Cabrejas”, explica el alcalde Fidel Soria.
Uno de los pueblos pioneros fue Regumiel de la Sierra, donde sus vecinos decidieron, hace alrededor de veinte años, modificar el calendario.En un principio, las fiestas de San Adrián se celebraban el 8 de septiembre. El cambio fue positivo ya que se adelantaron al último fin de semana de agosto consiguiendo un mayor público asistente y un mejor tiempo.
En Duruelo en el año 2012 también se propuso, en este caso sin éxito, el cambio de las fiestas a fin de semana. La iniciativa surgió de un grupo de vecinos y se consiguieron 200 firmas, una cantidad que no tuvo la suficiente fuerza para modificar los festejos.