Es la comarca de Pinares un lugar para disfrutar detenidamente con los cinco sentidos de sus sendas interminables rodeadas de verde pinar enclavadas en montes de miles de años de historia. Pero, qué decir de los tesoros a ras de suelo que esta comarca nos descubre poco a poco, y que están haciendo que se convierta en uno de los lugares más importantes a nivel nacional e internacional en cuanto a descubrimientos arqueológicos y paleontológicos.
Uno de los lugares de mayor relevancia en la comarca de Pinares es el Comunero de Revenga, donde el Grupo de Investigación en Arqueología Medieval y Postmedieval de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona lleva años investigando la historia del yacimiento altomedieval de este lugar que se ha convertido en una toda una referencia científica.
Karen Álvaro es, además de una de las investigadoras, la directora de estas excavaciones que arrancaron en el año 2014 y que ahora comienzan un nuevo proyecto quinquenal que les llevará a seguir estudiando este lugar hasta el año 2025. En esta ocasión, Revenga acogerá de nuevo las investigaciones del 1 al 15 de agosto, cuando un equipo de once personas se instalen para incrementar el conocimiento que ya se tiene de los espacios de hábitat y producción en este yacimiento.
“Las investigaciones llevadas a cabo en el Alto Arlanza han colocado la aldea de Revenga en un punto de referencia a nivel internacional, por la importancia de los restos localizados de sus viviendas y sus espacios de producción con una cronología inicial desde el siglo V hasta su abandono en el siglo XIII”, explica Karen Álvaro.
El yacimiento arqueológico de Revenga constituye, -por sus dimensiones y localización-, uno de los principales nodos de articulación territorial junto con el enclave vecino de Cuyacabras de Quintanar de la Sierra.
Explica la directora Karen Álvaro que, ambos yacimientos Revenga y Cuyacabras, “cuentan con extensos cementerios rupestres, con más de un centenar de tumbas cada uno, organizados alrededor de una iglesia que los preside. Durante muchos años, el territorio del Alto Arlanza ha sido conocido desde el punto de vista arqueológico por las necrópolis rupestres que constituían el foco de interés científico, en ocasiones enmascarando los espacios de hábitat y producción, cuyos vestigios son muy tenues y aparecen diseminados por las explanadas y claros de bosque limítrofes a los cementerios”.
Tras estos años de investigaciones en Revenga, “los resultados obtenidos ponen de manifiesto la existencia de un poblado continuado al menos desde los siglos V-VI d.C., que se transforma progresivamente, sin rupturas aparentes, a merced de la propia evolución histórica del tercio norte peninsular”, añade la directora.
El yacimiento de Revenga ocupa unas 2 hectáreas y hasta el presente se ha actuado en unos 800 metros cuadrados, “con lo que se prevé seguir trabajando en la extensión que queda por excavar. El equipo lo compondrán once investigadores y estudiantes, procedentes de diversas universidades españolas, dirigido desde la Universidad de Barcelona. En la campaña, además de investigadores participan estudiantes de los grados de Historia y Arqueología que realizan sus prácticas en el yacimiento”.
El proyecto a desarrollar en la campaña de excavación de este verano plantea incrementar el conocimiento que se tiene de los espacios de hábitat y producción en el yacimiento de Revenga: “espacios que ya hemos podido detectar y ubicar en el espacio a lo largo de las intervenciones anteriores”, confirma Karen Álvaro.
El objetivo fundamental es disponer de un registro arqueológico bien integrado que permita evaluar la distribución y morfología de las evidencias aldeanas.
“En este sentido, el asentamiento de Revenga es uno de los yacimientos más emblemáticos del territorio. A través de las evidencias que conocemos acerca del hábitat y los entornos productivos, resulta imprescindible continuar las tareas de campo y de laboratorio a fin de definir con precisión la secuencia temporal del asentamiento y analizar la composición de sus estructuras domésticas, resolviendo las múltiples incógnitas que todavía hoy plantean estos testimonios”, concluye.
Estos trabajos en Revenga comenzaron gracias a un proyecto financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, dentro de la convocatoria de “Proyectos de Investigación Fundamental no orientada” I+D+I, que otorgó la financiación para un proyecto titulado ‘La formación del paisaje medieval: el origen de la red aldeana en el Alto Arlanza’, coordinado, como decíamos con anterioridad, desde la Universidad de Barcelona. Un proyecto que ha contado desde el primer momento con el apoyo municipal del Comunero de Revenga, la Diputación de Burgos y la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León.
Estas y otras excavaciones están llevando a la comarca de Pinares y la Sierra de la Demanda a tener una importantísima proyección nacional e internacional como marca de calidad en investigación y en formación universitaria.
EL C.A.S Y FIDEL TORCIDA
Así lo confirma uno de los máximos representantes dentro de los trabajos que se realizan en cuanto a excavaciones, en este caso paleontológicas en yacimientos en esta zona.
Él es Fidel Torcida Fernández-Baldor, director del Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas de los Infantes, C.A.S., y director de las excavaciones que este verano se harán en uno de los yacimientos más importantes de Europa: el de Valdepalazuelos-Tenadas del Carrascal, situado en las proximidades de la localidad de Torrelara.
Allí, durante la segunda quincena del mes de julio, un grupo algo más reducido que en anteriores campañas, “quince personas, frente a la veintena de otros años previos a la pandemia”, dedicarán todos sus esfuerzos a continuar con las labores que requiere este yacimiento cuya edad se estima en 145 millones de años aproximadamente, en el paso del Jurásico al Cretácico.
“Ese tiempo corresponde a un periodo significativo en la evolución de los dinosaurios, en el que hubo cambios importantes en las faunas de dinosaurios de todo el planeta. Es especialmente relevante el hecho de la escasez de restos de saurópodos en el tránsito Jurásico-Cretácico de la península ibérica, que además no suelen ser tan completos como el que se está recuperando en Torrelara”, explica Fidel Torcida.
CINCO AÑOS EN TORRELARA
Es la quinta ocasión en la que el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas realiza trabajos de investigación en este yacimiento, pero en total son dieciocho años realizando campañas de excavaciones paleontológicas en la Sierra de la Demanda.
“En Torrelara se han registrado hasta el momento 650 piezas fósiles correspondientes a grupos diversos de dinosaurios, otros grupos de vertebrados como cocodrilos, tortugas, pterosaurios, fósiles vegetales, cáscaras de huevos y microfósiles como pólenes. Hasta la fecha, se ha estudiado y publicado un estudio de un húmero de un dinosaurio saurópodo de tipo braquiosáurido (herbívoros cuadrúpedos de gran tamaño), y está en marcha otro sobre dientes de dinosaurios terópodos (carnívoros)”, añade.
La mayor parte de las personas que trabajarán en Torrelara son universitarios y titulados universitarios, “a los que esta experiencia les sirve como formación y como actividad que integrará su currículo para proyectos futuros en los que quieran participar. También hay una representación importante de personas de la comarca, que muestran de esta manera su interés y su compromiso en relación al patrimonio comarcal”, concluyen desde el C.A.S.