Pinares vive el primer arranque del mes de mayo sin la tradicional pingada de los pinos
El rito de pingar el Pino Mayo se está consolidando en casi todos los pueblos de la comarca pinariega como uno de los momentos especiales del año. Varios son los núcleos que hacen coincidir esta fiesta con el arranque del mes de mayo; otros, ya desde hace décadas viven la celebración en el inicio de sus fiestas grandes en verano.
Este año todo es distinto, y ninguna de las localidades erigirá el pino en este primer fin de semana del mes de mayo. Unos han optado por un aplazamiento, otros se mantiene a la expectativa en función de la evolución del coronavirus, y ya hay pueblos que han confirmado su suspensión total.
Con el paso del tiempo, se ha mantenido buena parte del rito de la pingada. Las tijeras de madera y sogas, la colaboración, el ambiente de fiesta,… siguen siendo comunes, pero han variado los medios para traer el pino, - desde los carros a tractores o camiones-, el uso del hacho o sierra manual, o la ausencia de subastas, por una madera que cada vez está menos valorada.
Pinilla de los Barruecos sigue manteniendo el programa que más guarda la costumbre de este rito. Se levanta el pino en la plaza, siempre el día 1 de mayo, sobre las 13 horas con la colaboración de todos los vecinos del municipio, con la ayuda del carro, y tras la traída del pino ayudado por los bovinos el día anterior, la jornada incluye comida en el monte.Hay reunión vecinal por la tarde en el Consistorio con concejo y subasta del pino, y se reparte escabeche y vino entre los varones presentes.
Salduero ha mantenido hasta los últimos años la coincidencia del rito con La Cruz de Mayo, el día 3. con bendición de campos y misa en la ermita de Santa Elena. Ahora se ha trasladado al fin de semana, y se han potenciado estos actos. En esta edición, se podrá seguir de forma virtual.
La evolución de la Pingada del Mayo ha ganado en adhesiones, de asociaciones y grupos, como en el público que presencia el rito. En San Leonardo de Yagüe se vive una de las pingadas con más gente, que se colocan a ambos lados de la céntrica Cuesta del Mayo siguiendo unas pautas asentadas durante años, tras su traída del monte en la mañana del 1 de mayo.
Cada pueblo tiene sus peculiaridades. En Hontoria del Pinar se levanta en la plaza, una celebración amenizada con baile y el colorido de los trajes tradicionales, fiesta para la que se ha pedido que sea declarada Fiesta de Interés Turístico, y que cuenta con la colaboración del grupo Costalago.
En Navaleno, la traída del pino se hace “a huevo” directamente desde el monte en la tarde-noche del 30 de abril, con la colaboración de los jóvenes y la entrada en el pueblo amenizada por los gaiteros. La pingada, a mediodía del 1 de mayo, cuenta con gran expectación,y este año se ha decidido trasladar la fiesta a septiembre.
En Covaleda, tras su recuperación hace unos años, la pingada va tomando más protagonismo en cada una de las ediciones. Se hace en el paraje El Cubo, y por la tarde se organiza una gran fiesta en el salón municipal. En esta edición han optado por el aplazamiento, a la espera de cómo evoluciona la pandemia.
En Molinos de Duero, se pinga en la plaza de piedra, tras la traída del monte con los bueyes, y permanece hasta final del verano. En esta edición, se ha optado por la suspensión, al igual que sus fiestas patronales.
En Cabrejas del Pinar, la fiesta se perpetúa tras la traída del monte, y se levanta el pino entre la plaza y la iglesia. Tras el aplazamiento, se estudiará si se puede llevar a cabo la pingada.
En Neila, la pingada, tras la traída del pino, se realiza en las inmediaciones de ‘La Cueva’. Vecinos y visitantes participan de una caldereta.
En Araúzo de Miel la tradición se mantiene,- aunque este año no se va realizar- y el pino permanece junto a la plaza. En otras localidades se revive el rito como Casarejos, Vadillo Huerta de Arriba, Espeja de San Marcelino, Orillares, Navas del Pinar Talveila y Espejón, entre otras.