La Red SSPA asegura que invertir en despoblación es apostar por nuestro medio ambiente
La Red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa (SSPA) ha presentado las conclusiones del Informe “Externalidades Medioambientales que aporta el Medio Rural y el Impacto que sobre ellas puede tener la Despoblación: el caso de las provincias de Cuenca, Soria y Teruel”.
En dicho informe se destaca a las tres provincias de Cuenca, Soria y Teruel que producen el 5,6% de la energía eléctrica renovable nacional y son territorios donantes de energía eléctrica; almacenamiento de C02 lo que contribuye a la salud ambiental de su población por su baja contaminación atmosférica; concentran más del 16% de la superficie agraria y forestal nacional y cuentan con una superficie de disfrute 5 veces mayor de media que la de las provincias urbanas.
En la presentación de este informe se ha contado con la presencia de Adela Trassierra, Consultora forestal de AGRESTA S. Coop que ha sido la coordinadora del grupo de trabajo que ha elaborado el informe; también han participado Gerardo Cuerva, presidente CEPYME; Rosa Pérez, vicepresidenta del grupo de acción local Asociación Tierras Sorianas del Cid, Clara Arpa Azofra, presidenta de la Red Española del Pacto Mundial y Santiago Aparicio, presidente de FOES que se ha realizado de manera telemática.
El objetivo de este informe es que se reconozca el beneficio que las provincias de Cuenca, Soria y Teruel aportan al resto del conjunto nacional. Dicho valor ha de ser interiorizado por la sociedad, para posicionar a nuestros territorios como zonas cercanas a la neutralidad de emisiones. Una labor que no solo beneficia a los habitantes de estas zonas, sino que también repercute en el bienestar del resto de la sociedad y en la preservación de la naturaleza. Pues a diferencia de lo que socialmente se cree, la despoblación de un territorio no beneficia al medioambiente, ya que los habitantes de estas zonas trabajan en el mantenimiento y la conservación de los ecosistemas naturales. Por lo pronto, se puede afirmar que invertir para frenar la despoblación, también implica proteger nuestra naturaleza.
Rosa Pérez recordaba que el mundo rural es un lugar de fuente de consumo de agua, alimentos sanos y saludables, espacios naturales, patrimonio histórico y cultural popular. “Yo añado uno más que no está en el informe que es la calidad de vida, además la pandemia ha venido a demostrar esto”.
No buscan diferenciar entre lo urbano y lo rural, si no que estas externalidades medioambientales son un patrimonio común que depende de todos. Para ello es necesario romper esa confrontación y ambos espacios se relacionan de forma cotidiana incidiéndose mutuamente.
Además, quieren aprovechar que la despoblación del mundo rural está en el debate político, creen que es necesario reclamar que estos grupos de desarrollo rural cuenten con una mayor capacidad de autonomía para alcanzar un futuro mejor y para todo el territorio.
Clara Arpa recordaba que “nos tienen que conocer también por el sector agrícola, las grandes oportunidades que vamos a tener”. En referencia a que esas prácticas agrícolas eliminan el CO2 de la atmósfera “deben ser recompensadas, debemos informar y formar”.
Desde la Red SSPA se ha destacado la conveniencia de situar los servicios ecosistémicos en el centro de la toma de decisiones y de las políticas medioambientales, con nuevas legislaciones que establezcan medidas reales y prácticas para conseguir un equilibrio entre población y territorio y que redunden en beneficio de toda la sociedad.
Además de definir compensaciones económicas a los territorios neutros y donantes, reconociendo su valor ambiental y compensando económicamente la casi nula rentabilidad que generan a sus custodios; impulsar la implantación en estos territorios de nuevas empresas neutras generadoras de empleo verde y de calidad, mediante incentivos económicos y por la vía de la fiscalidad diferenciada; fomentar e incentivar la responsabilidad empresarial medioambiental para con estos territorios donantes.