Las danzas del paloteo se escenifican en San Leonardo viernes 2 y sábado 3 de febrero
El sábado por la tarde el Café de San Blas, verbenas en El Sotanillo y el lunes 5 la celebración de Santa Águeda. En este año, Pedro Martín Lobo cumple medio siglo como danzante.
San Leonardo de Yagüe vive el programa de los días más tradicionales del año con varios alicientes que hacen de estas jornadas una experiencia entrañable que recoge la costumbre de hacer la fiesta por estas fechas ,cuando los trabajos a los que se veían obligados a realizar los de antaño se interrumpían por inclemencias del tiempo.
Una de las principales señas de identidad de estas fiestas son las danzas del paloteo, escenificadas cada año en San Leonardo de Yagüe, se recuperaron hace 90 años, precisamente en 1928 ya que, al igual que en otros lugares, estuvieron a punto de perderse definitivamente a principios del siglo XX.
Este año es una cita especial ya que uno de los integrantes del grupo, Pedro Martín Lobo, cumple el medio siglo como danzante, algo que desde el Ayuntamiento quieren agradecer por las cinco décadas continuadas para revivir el rito durante estas fechas.
El actual grupo de danzantes está dirigido Ildefonso De Miguel. Su hermano Teodoro De Miguel, recuerda cuando dejó de integrar el grupo a mediados de los años 60, y cómo tenía que compatibilizar el horario del baile con el de otras tareas, desde las proyecciones en el Cine. Los danzantes realizan sus representaciones el viernes 2 y el sábado 3 de febrero, a partir de las 13 horas, y tras la ceremonia eucarística en la iglesia.
Quienes interpretan las danzas son los encargados de llevar las imágenes de Las Candelas y San Blas durante parte del recorrido de la procesión, van ataviados al vermouth programado por el Ayuntamiento, y participan en el Café de San Blas junto con otras asociaciones y grupos de la localidad.
En bailes, hay dos momentos de las fiestas de estos días muy especiales para los vecinos y quienes se sienten de San Leonardo: el baile frente a la ermita de San Blas, una vez culminada la procesión por la travesía y el del interior de la iglesia, retomado desde antaño para quienes se veían impedidos para subir hasta la ermita, y donde los Vivas a San Blas y Las Candelas resuenan de una manera especial.