La situación económica de Pinares hace 60 años. Comparativa con la situación actual
En el verano de 1960, el holandés Johan Martin Gerard Kleinpenning terminaba la primera versión de su tesis, inicio del trabajo ‘ La Región Pinariega. Estudio Geográfico del noroeste de Soria y sudeste de Burgos’, defendido el 13 de abril de 1962 en la Facultad de Letras de la Universidad de Utrecht.
La relación de Kleinpenning con la comarca pinariega se remonta a 1956, cuando tres estudiantes de Geografía Humana de la Universidad de Utrecht hicieron un viaje de estudios a la Cuenca del Ebro y a la Meseta Norte. El investigador holandés descubrió la que para él fue ‘La Región Pinariega’ un amplio territorio con una cultura, tradición y vinculación forestal muy determinadas, que quiso reflejar en un trabajo que analizaba los recursos socioeconómicos del territorio, su medio físico, el hábitat, la historia y su situación demográfica.
Fueron varios viajes los que el erudito holandés hizo a la comarca pinariega. En 2012 retomó el estudio pinariego. Fue en 2013 cuando recorrió de nuevo la zona, visitando todos los municipio, y hablando con secretarios, alcaldes y vecinos, para obtener una visión más detallada de la situación económica actual. Los datos recopilados, junto a los de la tesis de hace 60 años, se recogen en el volumen nº 58 de la Colección Temas Sorianos, publicado en 2013 por la Diputación Provincial de Soria.
El estudio de Kleinpenning es uno de los trabajos más completos que tenemos de la comarca pinariega. En conmemoración de esos 60 años, en Tu Voz en Pinares hemos querido recoger algunas consideraciones sobre la situación económica de Pinares en 1960, y reflexiones del autor sobre la evolución de la zona tras la primera década del siglo XXI
X Capítulo Final
LA COMARCA A PRINCIPIOS DE LOS AÑOS SESENTA
Algunas consideraciones críticas sobre la situación económica existente en 1960
La explotación maderera tenía un carácter especial en la comarca pinariega, dado que la madera se repartía en casi todos los municipios por partes iguales entre los vecinos que reunían determinadas condiciones para su concesión.
En casi todos los municipios, el Ayuntamiento o una comisión vecinal preparaba anualmente tantos lotes como vecinos con derecho había y éstos, previo pago de un impuesto, podían hacer con sus maderas el uso que mejor les pareciera. La mayoría de ellos la vendían cortada y pelada a los madereros, sea individualmente, sea en pequeños grupos.
Nos hemos preguntado si no hubiera resultado más eficiente abandonar esta forma de explotación completamente anticuada e individual. ¿Por qué razón habían de tomarse todos los años el trabajo de hacer gran número de suertes iguales para que cada una de las personas con derecho pudiera talar y vender la porción de madera que le correspondía?¿No sería un procedimiento más sencillo y fácil la venta global de la madera en pie y el reparto del dinero después, como ya era costumbre en varios pueblos?. Los vecinos con derecho solamente podrían encontrar mayores ventajas con tal sistema de venta. La circunstancia de que algunos vecinos quisieran destinar de vez en cuando parte de la madera a usos propios, no debería de constituir un obstáculo para el remozo de tales usos vetustos.
El Distrito Forestal prefería en aquel tiempo, en efecto, una explotación más eficiente, pero los vecinos se aferraban a la costumbre del reparto. En lo que concierne a todo esto, el sentimiento tradicional jugaba un papel importante, dándose también el caso de que muchos habitantes temían ser perjudicados por innovaciones.
Según nuestra opinión, sin embargo, el abandono de la costumbre del reparto de la madera, que individualizaba notablemente la explotación forestal, constituye una de las primeras condiciones para llegar a alguna forma cooperativa de elaboración de la madera, por la que la explotación maderera hubiera podido aumentar considerablemente su importancia como medio de vida, al proporcionar a los vecinos con derecho mayores ingresos.
Considerando tal particular, llegamos al problema de la industrialización. Había a comienzos de los años sesenta pocas industrias: casi toda la madera salió de la comarca solamente aserrada, en tanto que la miera fue sólo destilada para ser elaborada enteramente fuera de la Región Pinariega. No existían industrias que se dedicaran a la elaboración de madera o resina, exceptuando las carpinterías de tipo familiar, la fábrica de puertas de San Leonardo y las fábricas de persianas de Duruelo.
TRABAJO DURANTE EL AÑO
La Industrialización de la Región Pinariega, basada en la riqueza forestal, nos parecía en aquel tiempo muy deseable. En tal caso, se habría podido utilizar productivamente la mano de obra que quedaba, año tras año, sin empleo efectivo en razón de las limitadas posibilidades de trabajo. Además, no debemos olvidar que los montes eran de extraordinario interés, debido a los precios elevados de la madera, que daban lugar a que las suertes proporcionaran todos los años ingresos considerables. Sin embargo, los precios podrían bajar; mientras que el número de personas con derecho podría aumentar; al incrementarse la población. Por lo tanto, no era imposible que, en el futuro, resultara cada vez más necesario para el pinariego buscar trabajo durante todo el año; lo encontraría solamente cuando existieran suficientes industrias.
BUENA LOCALIZACIÓN
En los años sesenta, varios factores eran favorables al establecimiento de empresas. Hemos mencionado ya la riqueza en madera y resina, la existencia de mano de obra, y podríamos añadir aún una tercera circunstancia propicia: el hecho de que la Región Pinariega está localizada favorablemente con respecto a Madrid, a varias ciudades de la Meseta septentrional, Zaragoza, La Rioja, Navarra, País Vasco y Cataluña.El abastecimiento de energía eléctrica no suscitaba problemas, ya que se había mejorado notablemente durante los últimos años en las provincias de Soria y Burgos.
El capital inicial, necesario para la industrialización, hubiera podido reunirse progresivamente destinado a tal fin un determinado porcentaje de los ingresos anuales procedentes de las suertes. Un factor negativo, que habría podido obstaculizar el futuro desarrollo industrial, era el hecho de que apenas existieran obreros cualificados en la Región Pinariega, siendo además muy reducido el número de jóvenes que recibía enseñanzas en las escuelas de artes y oficios. Pero en 1959, se estaba ya construyendo en Covaleda una escuela elemental de trabajo, y el establecimiento de una industria de elaboración de madera en San Leonardo ya había demostrado que la falta de obreros cualificados no comprometía necesariamente la viabilidad de una posible industrialización de la Región. Este pueblo podía servir en los años sesenta de ejemplo a todos los demás municipios por la iniciativa desplegada y por los resultados alcanzados.
TURIISMO
Otra fuente potencial de ingresos que se hallaba poco desarrollada era el turismo. Muchos españoles acudían todos los años a veranear a la Región, pero habrían viajado muchas más personas si la estancia en ella se hubiera hecho más atractiva. Quizás se hubieran podido adoptar asimismo algunas medidas conducentes a facilitar la práctica de los deportes de invierno. Hasta 1960 no se había emprendido prácticamente nada para estimular el turismo. Sólo Navaleno y San Leonardo desplegaban, con respecto a este particular, cierta actividad. En Navaleno, el veraneo de forasteros tenía cierta importancia ya desde hacía algunos años, al existir varias pensiones para su alojamiento. Además, en 1959 el municipio proyectó la construcción de unos 70 chalets en la periferia del pueblo. En San Leonardo, se construyeron en el mismo año varias casas de verano. Hubiera sido deseable, que esta iniciativa se hubiese propagado a los demás municipios de la Región Pinariega.
CAPÍTULO XI
LOS CAMBIOS DESPUÉS DE 1960
G. Conclusión
Los cambios descritos después de 1960 son un relato de ‘pérdidas’ y ‘progreso’. Casi todos los municipios han perdido una parte considerable de su población, sobre todo habitantes en la fase productiva de su vida. Hay pueblos de muy pocos vecinos, con casas cerradas, y hasta en ruinas donde han desaparecido los servicios, o casi en su totalidad.
Se extinguió el noventa por ciento de las explotaciones agrícolas. Se terminó la resinación y los vecinos con derecho reciben en la actualidad muchos menos ingresos de la distribución de las subastas públicas de la madera. Además, los montes dan menos trabajo que antes, no sólo porque ya se ha invertido mucho en su mejora, gracias a la mecanización, sino también porque los bajos ingresos de la venta de madera han reducido los fondos para mejoras. Debido a la crisis, varias industrias madereras están cerradas y muchas más trabajan por debajo de su capacidad. La crisis afecta también a otros sectores como la construcción.
Pero ha habido también progreso. Las explotaciones agrícolas de hoy son más grandes y más modernas.Ha aumentado el hato ganadeo. La explotación forestal es más moderna gracias a las ordenaciones, las obras de mejora y las posibilidades de mecanización; la productividad maderable de los montes ha subido mucho; se explota más la riqueza micológica; las empresas dedicadas a la elaboración de la madera son más modernas; se extrae más la piedra natural; el turismo ha aumentado, y con ello se ha desarrollado una infraestructura turística, en algunos pueblos más, en otros menos; los pueblos están más cuidados y tienen mejores infraestructuras; y las posibilidades de trabajar fuera de la comarca son más amplias que hace medido siglo gracias a más y mejores medios de transporte.
Sin embargo, la comarca está en crisis. Los pinariegos están pensando cómo encontrar nuevas fuentes de ingresos; podría ser la resinación, la agricultura y la ganadería ecológicas o algo de horticultura, como han comenzado en Quintanar de la Sierra. Pero, esperan ante todo que mejore la coyuntura. Y si no, ¿habrá más emigración?.
A pesar de todo, los pueblos pinariegos del noroeste de Soria y sudeste de Burgos siguen constituyendo una comarca viva – donde los habitantes que quedaron saber mantenerse, y, es más, donde no viven en general, peor que sus padres hace medio siglo.
Sea lo que sea, los pueblos pinariegos forman una comarca muy distinta de la que existía a mediados del siglo XVIII, aunque no ha cambiado la base fundamental de la economía de la mayor parte de los pueblos - el bosque de pinos-.
LOS PUEBLOS PINARIEGOS. Tríptico geográfico-histórico del noroeste de Soria y sudeste de Burgos. JOHAN MARTÍN GERARD KLEINPENNING. Ediciones de la Excma Diputación Provincial de Soria. Colección Temas Sorianos Nº 58. 2014.