Se suspenden, por segundo año consecutivo, las fiestas de Jesús en Aldea del Pinar
Desde 2005 que se recuperó la fiesta del Dulce Nombre de Jesús por la Asociación Cultural ‘La Veceda’ esta entrañable fiesta del pequeño pueblo no ha dejado de celebrarse pero dado el notable aumento de contagios en la zona se ha decidido suspender la totalidad de las actividades con el fin de proteger a sus vecinos en su mayoría personas de mucha edad.
Las fiestas de Jesús en Aldea del Pinar son muy diferentes a las que se pueden celebrar en verano y también de otras fiestas de la zona de invierno. Eran las fiestas por excelencia del pueblo fijadas en esa fecha antiguamente pues era cuando descansaban los carreteros pero, como pasó en muchos municipios de la comarca en tiempos más cercanos, se trasladaron al primer fin de semana de agosto para que los hijos del pueblo, emigrados a grandes ciudades en busca de trabajo, pudieran disfrutar de ellas.
Este año se hubieran celebrado el fin de semana del 15 y 16 de enero ya que es el domingo que cae entre el 14 y el 20 de enero. La fiesta se inicia el sábado por la tarde con el tradicional volteo de campanas y dos son las tradiciones que hacen especiales estos días en Aldea del Pinar. Una de ellas es el juego de las chapas con dos monedas dispuestas a decidir el signo de la fortuna en el fugaz instante en el que son lanzadas al aire. Solo durante la noche de ese sábado previo al día del Dulce Nombre de Jesús podrá escucharse el sonido de las monedas al caer contra el suelo ya que únicamente es en estas fiestas cuando se revive esta tradición con muchos años de historia.
Otro de los momentos emotivos de estas fiestas del Dulce Nombre de Jesús en Aldea del Pinar tiene lugar con la procesión y misa donde las aldeanas sacan sus mejores galas vistiendo sus trajes típicos serranos hechos de paño de lana engalanadas con collares de coral rojo y plata y los hombre visten la tradicional capa castellana que les protege del frío helador propio de estas fechas. Tras la misa y la procesión se degustan en el salón del pueblo las típicas tortas de azúcar hechas por los herederos de los panaderos de la antigua panadería de la Trini que desinteresadamente las ofrecen a vecinos y visitantes acompañadas por un vasito de moscatel que aporta la asociación cultural un manjar que se espera probar con impaciencia cada año.
LAS CHAPAS
Este evento, inédito en otros pueblos de la comarca, consigue reunir año tras año varias decenas de curiosos que no dudan en acercarse a la Aldea a conocer y probar suerte con esta tradición. Las Chapas es un juego de azar en el que, básicamente, se apuesta dinero a la posibilidad de que salga dos caras o dos cruces resultado de tirar dos monedas al aire. Las monedas con las que se juega son dos monedas de 10 céntimos de Alfonso XII. El público que ve y apuesta en el juego se coloca en corro en torno al lanzador. Las monedas se colocan cruz contra cruz, enseñando el lanzador ambas caras a las personas que lo rodean en corro y se lanzan al aire intentando que sea lo más vertical posible. En caso de salir una cara y una cruz se tiene que repetir la tirada hasta que salgan dos caras o dos cruces. El lanzador juega siempre a caras y elige la cantidad de dinero que apuesta antes de la tirada siendo la apuesta cubierta por las personas del corro que lo deseen que juegan a cruces, del mismo modo quien lo desea puede apostar ‘por fuera’ sobre esa tirada del lanzador, mientras tenga quien le cubra la apuesta. El dinero de las apuestas se deposita en el suelo. La persona que tira las monedas suele seguir tirando hasta que falla y puede ir retirando dinero en cada tirada, de manera que siempre puede jugárselo todo mientras siga acertando, jugarse parte o jugarse sólo la apuesta inicial, y retirar el resto. En el momento en que falla, es decir que saca dos cruces, pasará las monedas al lanzador siguiente.