La industria cultural, como muchos campos de conocimiento, se ha visto obligada a acogerse a las nuevas maneras de comunicar para mantener su popularidad y seguir resultando de interés para el gran público. Una de las vías para conseguir dichos objetivos ha sido a través del entretenimiento digital, una de las actividades que más realiza la población española cuando acude a internet. De hecho, jugar online y consumir productos audiovisuales está en el podio junto a las redes sociales, situada como la líder indiscutible.
Jugar en línea es cultura
Desde el año 2020, se considera jugar como una forma más de cultura. Es cierto que hay algunos títulos para videoconsolas que hacen constantes y directas alusiones a aspectos culturales, pero no destacarían en general como los grandes abanderados de este campo. Sí que los interpelan de manera más directa algunas de las aplicaciones para dispositivos móviles que tienen el saber y la formación como pilar intocable. Sobre todo, estos ejemplos los encontramos en categorías como cultura general, gran público o educativos.
A su vez, también podemos observar cómo en portales totalmente digitalizados han ido apareciendo prácticas que antes se dejaban ver en exclusiva en locales o espacios destinados para ello. Ejemplo de ello son las plataformas que recogen en su catálogo una selección de diferentes temas de tragaperras de temáticas de índole diferente. Estas destacan por la gran cantidad de ambientaciones y referencias originales y que llaman la atención, así como la variedad de tipos de juegos y combinaciones de entretenimiento que ofrecen a los usuarios.
Los pilares culturales, digitalizados
Algunos de los considerados como grandes pilares culturales se han sabido adaptar de maravilla a las nuevas demandas de la sociedad. Un vivo reflejo de lo comentado es la literatura, ya sea esta en forma de libros, microrrelatos o artículos periodísticos, que no podrían explicar su supervivencia en los tiempos actuales sin el esfuerzo de pasar al campo virtual. Sin ir más lejos, según datos oficiales de todo el Estado, prácticamente una tercera parte de la población que lee, el 29,5% para ser más concretos, lo hace utilizando dispositivos electrónicos.
Donde sí que podemos encontrar una digitalización a un nivel muy avanzado es en el sector de la música. Seguir las últimas novedades a través de la radio o los CD ya son cosa del pasado y actualmente la manera más utilizada para escuchar nuestro grupo o artista favorito son las plataformas de streaming. Se calcula que el 77% de la población española que consume esta forma de cultura lo hace a través de aplicaciones y portales especializados. De hecho, este cambio de tendencia ha llevado a que muchos usuarios empiecen a pagar por consumir.
¿Y qué decir de las compañías audiovisuales? Casos como Netflix han llevado el séptimo arte y todo lo que le es derivado a la gran mayoría de los hogares y dispositivos inteligentes. De hecho, seis de cada diez núcleos familiares españoles pagan por este tipo de contenidos. Con este cambio de tendencia, las piezas audiovisuales se han expandido y ya no es necesario estar limitado a un momento del día, como lo hacía la televisión convencional; o a un lugar concreto, como las salas de cine. Ahora todo es posible en cualquier momento.
Finalmente, cabe destacar que, con la llegada de internet, han proliferado muchos tipos de contenido y algunos hacen referencia directa al mundo cultural. Esto lo vemos en la oferta de podcast, piezas de audio bajo demanda que se dedican a temáticas concretas, como los programas El Faro, Documentos RNE o Yo documental, donde se tratan temáticas históricas y de cualquier otra índole. También podemos nombrar Arte, un canal internacional ahora convertido en plataforma gratuita, que busca tratar las diferentes ramas de este sector.