Tras recibir la notificación del Tribunal Supremo que suspende de forma cautelar el anticipo del toque de queda a las 20.00 horas en la Comunidad, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha explicado que el Gobierno regional asume esta decisión y la cumplirá de inmediato, aunque sigue considerando que el adelanto del horario de restricción de la movilidad ha sido un elemento fundamental para frenar el avance de la pandemia.
Además, ha señalado que el auto del TS acuerda la suspensión temporal de la medida, de forma provisional, ya que el procedimiento continúa.Así, tras la celebración de un Consejo de Gobierno extraordinario vía telemática, el presidente ha firmado el acuerdo por el que el toque de queda volverá a fijarse entre las 22.00 horas y las 6 de la mañana en Castilla y León.
Por otro lado, y con el objetivo de seguir favoreciendo la reducción de contagios en el territorio de la Comunidad, el presidente ha informado de que la Junta de Castilla y León va a adoptar una nueva medida consistente en el cierre a las 20.00 horas de los establecimientos, actividades y servicios que tienen permitida su apertura, con las excepciones fijadas en el Acuerdo que se publicará en Bocyl.
Fernández Mañueco ha insistido en que la Junta de Castilla y León sigue esperando que el Gobierno de España dote a las comunidades autónomas de instrumentos jurídicos eficaces para actuar contra la pandemia. Así, ha reclamado que es necesaria una nueva normativa sanitaria ordinaria que permita tomar medidas sin recurrir al estado de alarma y ha anunciado que volverá a solicitar al presidente del Gobierno la convocatoria urgente de una Conferencia de Presidentes, ya que la última se celebró el pasado 26 de octubre.
El presidente de la Federación Regional de Hostelería, el burgalés Fernando de La Varga, ha criticado la medida de la Junta y ha recordado que con esta decisión "se favorecerá la organización de botellones, pues los jóvenes no se van a ir a las ocho a casa".
Muy cerca de la Comunidad, en Madrid desde el Ejecutivo autonómica se ha anunciado la ampliación de la apertura del horario de bares hasta las once de la noche, con lo que se da la paradoja que uno de los territorios con más población, -y por lo tanto con mayor riesgo de contagios-, está logrando salvar la situación de muchas empresas, mientras que en provincias como Soria y Burgos, con pueblos de no más de 100 habitantes censados, no tienen permitido abrir el bar del pueblo.