El ciclista Pablo Castrillo logra su segunda victoria en la Vuelta a España en una etapa asturiana de enorme ciclismo
El ciclismo español ya tiene alguien más en quién creer, una nueva referencia y un ídolo para las etapas de montaña. Pablo Castrillo no se arruga ante nadie cuando se escapa, cuando mira lo poco que la niebla asturiana le permite contemplar en las rampas de garaje del Cuitu Negru, a través de una pequeña carretera asfaltada que se desplaza entre pistas de esquí.
El español Pablo Castrillo (kern Pharma) apareció brazos en alto entre la espesa niebla de la cima del Cuitu Negru para firmar una nueva hazaña como vencedor de etapa en la Vuelta a España, una jornada épica en la mantuvo el jersey rojo de líder el australiano Ben O’Oconnor (Decathlon).
Castrillo no cedió en las terribles rampas del 24 por ciento, en aquellas curvas que desembocaban en repechos aún más delirantes. Se fue para adelante, sin mirar atrás.
La pelea no esperó a la última ascensión. Hubo movimientos de peones. Después de múltiples intentonas, idas y venidas, se montó una fuga de 21 ciclistas a falta de 65 kilometros, con tres corredores del UAE Team que endurecieron la fuga hasta el extremo. Allí andaban Marc Soler, una vez más; Jay Vine, otro repetidor, y Pavel Sivakov, que tuvo unas piernas magníficas en busca de la victoria. El equipo árabe mantuvo un pulso portentoso con el pelotón de favoritos, que lideraba el T-Rex de Mikel Landa, la única escuadra de peso que no había logrado meter a nadie en cabeza. La aportación de Mattia Cattaneo, ya en la subida final, lanzó el momento de ‘Landismo’ del día, un ataque sin frutos a seis kilómetros de la meta que no obtuvo el premio a la valentía, pero sí sirvió para romper el grupo de los gallos hasta el final.
De repente, sin haber asomado casi en punta, la tarde dominical puso una excelente cara para el Red Bull. Todas sus piezas iban encajando. Por delante, Aleksandr Vlasov resistía a rueda de Sivakov, que había hecho todo el esfuerzo de la fuga. Detrás de ambos cerraba el trío Pablo Castrillo, en silencio, sin que nadie le hiciera mucho caso, a pesar de ser el único que ya había levantado los brazos en este certamen. En el grupo de favoritos, Primoz Roglic había cambiado su bicicleta por otro modelo más ligero con monoplato, adaptada a las pendientes infernales que se avecinaban, pero la jugada le salió mal porque a la postre le acarreó una sanción de 20 segundos a la conclusión de la etapa. A su lado permanecía Florian Lipowitz. El cuchillo estaba afilado. En la lucha por la fuga y en la lucha por el maillot.
Al final, no hubo una cosa, ni la otra. Castrillo arrancó a tres kilómetros de la meta, cuando comenzaba el anexo del Cuitu Negru, para sorpresa de Sivakov y Vlasov. El ruso llegó a alcanzarle en el tramo final, pero el español todavía tuvo fuerza para pegar un arreón más. El definitivo. Ha nacido una nueva figura del ciclismo mundial.
Este lunes la Vuelta disfrutará de su segunda jornada de descanso para volver el martes a la actividad con la decimosexta etapa entre Luanco y Lagos de Covadonga, una etapa de de 181.5 kilómetros.
Pablo Castrillo vence en Manzaneda y homenajea al fallecido Manolo Azcona, su descubridor
Pablo Castrillo firmó la primera victoria española en la Vuelta a España 2024 en una victoria de muchos quilates en Manzaneda. El ciclista del Kern Pharma, que pudo rendir homenaje de la mejor manera a Manolo Azcona, se confirmó en las rampas del puerto final como uno de los ciclistas españoles con mejor futuro. De hermano ciclista, Castrillo ha llamado la atención de los grandes.
En su debut en la Vuelta a España, con previo aviso en la crono inicial de Lisboa y en numerosas fugas de nivel a lo largo de la carrera, Pablo Castrillo ha terminado de confirmarse como uno de los ciclistas con mayor proyección en el panorama nacional este jueves en Manzaneda. En un día inmejorable, con la memoria de Manolo Azcona presente, el oscense ha firmado la primera victoria española en la 79ª edición de la ronda española con una de esas actuaciones que perduran en el recuerdo.
Valiente, inteligente y siendo puro corazón, Castrillo supo dejar atrás a sus compañeros de fuga en el puerto final de la 12ª etapa y se agarró a la carretera con todo lo que tenía en los metros finales para rendir el homenaje posible a Azcona y sacar la sonrisa a todo el Kern Pharma en su día más duro. La vida misma.
Y es que Pablo Castrillo tiene muchas alegrías por dar en sus piernas. Lo del ciclismo le viene de familia, donde su hermano Jaime, también de la factoría del equipo farmacéutico y ahora en las filas de la escuadra Continental del Sabgal–Anicolor portugués, le enseñó el camino de las dos ruedas, esas con las que ya puede decir que ha ganado en una Grande.
Su rendimiento en este 2024, donde ha cosechado resultados notables en O Gran Camiño, Tour de Eslovenia y Vuelta a Burgos, ha dado como resultado algo inevitable, más si cabe tras su triunfo este jueves: su marcha del Kern Pharma. El de Jaca está para mucho más. Tal y como ha adelantado Javier Ares en esta misma Vuelta a España, Pablo Castrillo hará las maletas al final de la presente temporada y recalará, si nada cambia, en el potente Ineos Grenadiers de Carlos Rodríguez, Jonathan Castroviejo y compañía. Pese a ello, Movistar Team, de manera natural, también sigue tras sus pasos con un objetivo claro: hacerse con los servicios del que ya es uno de los españoles más destacados del pelotón.