Eduardo Chozas ofrecerá una charla coloquio en Salas de los Infantes

Serla el sábado siete de diciembre a las 18:00 horas en el Teatro Gran Casino y el ex ciclista profesional hablará del pasado y el presente del ciclismo. 

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Se trata de una de las actividades centrales organizada por el Club Ciclista de Salas de los Infantes. Eduardo Chozas es uno de los ciclistas españoles más importantes de toda la historia. 

Eduardo Chozas Olmo nació en Madrid el 5 de julio de 1960 y de pequeño jugando a las chapas defendía a los españoles Fuente y Ocaña frente al belga Eddy Merckx. Cuando tenía once años, un carnicero amigo de su padre y llamado José Martínez, le dejó una bicicleta y le llevó a dar vueltas al Lago de la Casa de Campo. Vio que el chico servia para eso del ciclismo y convenció al padre para que le comprara una. Lo hicieron en casa de Otero que tenían renombre internacional.

Empezó a hacer sus primeros pinitos en la Peña Ciclista Laudelino Hernández y a los dieciocho años hizo su primera temporada como amateur. En esa categoría coincidió con Perico Delgado, Cabreo, Machín. Perteneció a los equipos Moliner, Super Ser y Mobilette y fue Javier Minguez quien le hizo profesional a los 19 años. Era el más joven del pelotón.

Militaba en el grupo Fosforera-Vereco y en el 80 fue segundo en la Vuelta a Valencia. A Eduardo le ponían a atacar desde la primera etapa para desgastar al enemigo. El hecho es que se quedo flaco de solemnidad y casi no le reconocía ni la familia. Y es que entre los 19 y 24 años Mínguez le llevó a cinco Vueltas y cuatro Giros. El chico aprovechó que se fue a la mili en 1983 para recuperar fuerzas.

Entre 1980 y 1993 Eduardo Chozas disputó 14 Vueltas, 7 Giros, 6Tours y cinco Mundiales, además de las numerosas pruebas en territorio nacional venciendo en la Ruta del Sol y en la Vuelta al Camp de Morvedre, Vuelta a Asturias, Vuelta a la Rioja y un sin fin de carreras. Además en 1983 fue declarado por las azafatas del Giro como el corredor más guapo de la carrera. Eduardo tiene en su haber cuatro etapas en el Tour y tres en el Giro.

Cuando fichó por el Reynolds el médico le dijo que no estaba capacitado para el ciclismo y fue el año que mejor anduvo en el Tour. Lo malo fue que en Luz Ardiden cogió una pájara que le hizo perder tres minutos en tres kilómetros y perder el maillot blanco por 20 segundos ante el colombiano Fabio Parra. Una vez abandonado el equipo navarro el madrileño fichó por el Teka que le triplicó en contrato.

Participó en la fundación del equipo ONCE junto con Manolo Saíz, pero después de sus triunfos en el Tour decidió abandonar el equipo por incompatibilidad con Saíz. Fue cuando se marchó a las filas del Artiach para reforzar el equipo y con la promesa de que acudirían al Tour, una promesa que no cumplieron. En el 93 puso fin a su carrera como ciclista profesional recordando que un año antes había subido al podio del Tour para recoger el Trofeo de la Combatividad, una cualidad que llevaba en la sangre y que le hizo alcanzar un envidiable palmarés a base de esfuerzos.