El pasado 20 de marzo, tras la publicación por la Comisión Europea del Marco Temporal para los avales, se aprobó en España un primer programa de avales públicos para favorecer el mantenimiento del empleo y paliar los efectos económicos de la crisis sanitaria en empresas y autónomos. Dotado con 100.000 millones de euros, el programa ha sido gestionado conjuntamente por el Instituto de Crédito Oficial (ICO), quien otorga los avales, y las entidades financieras, quienes facilitan los créditos y liquidez a empresas y autónomos.
Tras la finalización de este primer programa en junio, se aprobó una nueva línea de avales por importe de 40.000 millones de euros. A diferencia del programa precedente, en el que primó la inyección de liquidez de forma urgente a las empresas, el nuevo programa se encuentra más orientado a la inversión y reconstrucción económica en aquellas áreas donde se genere mayor valor añadido, en torno a dos ejes principalmente: la sostenibilidad medioambiental y la digitalización.
En este contexto, resulta oportuno analizar las principales características del primer programa de avales, así como extraer algunas conclusiones que orienten el desempeño del segundo. Un ejercicio de reflexión que Caja Rural de Soria lleva a la realidad soriana para perfilar cómo el nuevo programa de avales puede servir de impulso para la recuperación económica en Soria así como la mejora de la competitividad regional y del tejido empresarial sorianos.
Primer programa de avales: desempeño a escala nacional y en Soria
Tras un primer tramo repartido de forma igualitaria entre pymes y grandes empresas, el perfil de los beneficiarios del primer programa se fue sesgando a favor de las primeras, con el objetivo de tener en consideración su mayor necesidad de liquidez y dependencia de los avales en ausencia de otras fuentes de financiación. Este sesgo a favor de las pymes se ha mantenido durante el resto de tramos del programa.
La desagregación por tamaño empresarial también presenta diferencias en términos de cuantías avaladas. Del importe total liberado, debido a su mayor necesidad de liquidez, más del 70% (aproximadamente 70.000 millones de euros) se ha dirigido específicamente hacía autónomos y pymes, mientras que otros 25.000 millones de euros han ido a grandes empresas. Los restantes 5.000 millones se han distribuido entre el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) (4.000 millones de euros), CERSA - Compañía Española de Reafianzamiento y el sector del automóvil (que han recibido 500 millones de euros cada uno).
Con todo, a fecha 31 de agosto de 2020, se han avalado un total de 791.675 operaciones correspondientes a más de 525.000 empresas, por un valor total de 75.140 millones de euros, lo que ha permitido que las empresas hayan recibido un total de 98.878 millones de euros de financiación para garantizar su liquidez y cubrir sus necesidades de circulante. El 87% de los beneficiarios son autónomos y micropymes, con casi 3 de cada 4 operaciones totales solicitadas por estas últimas (74%).
En la provincia de Soria, la colaboración con las entidades financieras que participan en la gestión del programa, ha permitido que se hayan avalado un total de 1.265 operaciones, correspondientes a más de 921 empresas, por un valor de 132,3 millones de euros. El 77,6% de esta cantidad se encuentra avalada por el ICO, que ha facilitado en la provincia 102,7 millones de euros de financiación garantizada. Estas cifras representan el 3,7% de la financiación y avales solicitados en la región de Castilla y León (0,1% del conjunto nacional).
Los datos ponen de manifiesto la importancia que las pymes y autónomos tienen dentro del tejido empresarial, así como sus amplias necesidades de financiación. Esto no es diferente en la provincia de Soria, donde el tejido empresarial se encuentra sustentado fundamentalmente por ambos perfiles. Alrededor de la mitad de las empresas sorianas (50,3%) no tienen asalariados (autónomos, generalmente), mientras que el 49,1% está formado por pequeñas y medianas empresas (es decir, que tienen entre 1 y 49 trabajadores) que representan apenas el 0,6% del tejido empresarial soriano cuenta con 50 asalariados o más.
Así mismo, Caja Rural de Soria ha otorgado en Soria y provincia más de 65 millones de euros a más de 500 empresas y autónomos. El volumen de la concesión de crédito se ajusta a la cuota de mercado de la Caja, y se ha canalizado a través de dos líneas: ICO e Iberaval (la línea de ayudas de la Junta de Castilla y León). La financiación se ha dirigido fundamentalmente a pymes y autónomos de diferentes sectores, en consonancia con la media de la provincia y del conjunto nacional, entre los que ha destacado principalmente la rama de hostelería, restauración y comercio. Este sector es uno de los más afectados por el parón de la actividad económica durante el confinamiento, así como por las restricciones derivadas de la crisis sanitaria, que cuenta con una gran relevancia en la provincia, pues representa el 21,8% del empleo soriano, generando el 18,9% del PIB[1].
Reflexiones para el nuevo programa de avales
Del análisis del primer programa de avales surgen varias reflexiones que deben ser tenidas en cuenta ante el nuevo programa.
Por un lado, la mayor celeridad en la concesión a grandes empresas, junto con la mayor necesidad en el caso de pymes, es lo que ha aconsejado ir alternando las proporciones entre ambos segmentos, logrando compaginar los objetivos pretendidos: dar más a quien más lo necesita, adaptándose a las necesidades y ritmos de cada actividad empresarial. En este sentido, se pone de manifiesto la conveniencia de atender las elevadas necesidades de liquidez de las pymes junto con la dinamización de las medidas de apoyo, de más ágil canalización en el caso de las grandes empresas.
La mayor presencia de las pymes dentro de las líneas de avales es consistente con la estructura del tejido empresarial español, en el que el tamaño está sesgado hacia la pequeña empresa; característica que también responde al perfil soriano. Por este motivo, es de esperar que en el nuevo programa este tipo de empresas sigan teniendo un papel relevante.
Por otro lado, la ralentización observada en la concesión de financiación durante el mes de junio, podría indicar que la demanda potencial e insatisfecha es reducida. El sistema de distribución del primer programa, en el cual primó la rapidez en la colocación, tuvo sentido debido a la urgencia de la situación. Una vez comprobado que la demanda de urgencia e inmediatez muestra síntomas de haber sido ya satisfecha, el nuevo programa debe cambiar las prioridades, incorporando unos criterios más selectivos de adjudicación, primando que el destino de los avales sean sectores y/o empresas con potencial para fomentar la inversión e impulsar la recuperación, poniendo especial énfasis en digitalización y sostenibilidad, en línea con el nuevo fondo de reconstrucción europeo.
Algunas estimaciones como la del Observatorio del Ciclo Económico Español, que utiliza un modelo de equilibrio general para descomponer los shocks de oferta y de demanda, apuntan a que el programa de avales podría haber minorado la caída del PIB por persona en edad de trabajar en 4,5 puntos en el primer semestre. No obstante, esta medida tiene un coste contingente que justifica extremar el cuidado en su diseño e implementación a partir de ahora para que la eficiencia de los instrumentos de política económica sea satisfactoria.
En este contexto, la nueva línea de avales es susceptible de prestar apoyo para que las empresas aprovechen nuevas oportunidades de negocio. De este modo, entidades como Caja Rural de Soria seguirán acompañando a las empresas en la ejecución de proyectos que impulsen la recuperación económica, así como la competitividad regional y del tejido empresarial sorianos.
[1] Los datos hacen referencia al sector de Comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículos de motor y motocicletas; transporte y almacenamiento; hostelería; información y comunicaciones, de la Contabilidad Regional de España de Soria del 2017 (último año disponible).