Dentro de 10 años se vivirá un serio problema en el sector del transporte de no conformarse un sólido relevo generacional
El sector del transporte vive una época convulsa donde la preocupación de los profesionales del sector aumenta cada año. En primer lugar, se ha dado la tormenta perfecta con la guerra de Ucrania, que parece que ha afectado a todos los gremios, ya sea de manera directa o indirecta. En el caso del transporte, el alza del precio del combustible ha provocado que durante el último año haya habido varios paros a nivel nacional, ya que muchos viajes que anteriormente podía reportar algún beneficio, actualmente no lo hacen.
Eusebio de Miguel, de Transportes Félix de Miguel, trasladaba que por otro lado se suma el encarecimiento de los costes salariales, que han subido en un 7% y la subida de las materias primas. En este punto señalaba que a la hora de comprar un camión, si hace dos años costaba 90.000 euros, a día de hoy cuesta 125.000 euros. Pero si hay algo que preocupa verdaderamente al sector del transporte es la falta de una relevo generacional tanto a medio como a largo plazo. De Miguel indicaba que a nivel nacional, la media del transportista se sitúa en los 50 años, lo que hace prever un aumento considerable de las jubilaciones en los próximo años. Esto se debe, fundamentalmente, a que muchos conductores de camión no pueden seguir en la carretera a partir de una avanzada edad donde se tiende a ir perdiendo reflejos, un factor que hay que evitar a toda costa para asegurar la seguridad vial.
Según las cifras que se manejan desde las asociaciones, se prevé que a largo plazo se jubile en torno al 50 % de la actual plantilla. Este hecho, que no debería de ser un problema a priori, ya que las jubilaciones se producen siempre, la realidad es que produce la situación contraria, motivada por la falta de un relevo generacional que garantice la cobertura y las necesidades de la plantilla durante las siguientes décadas. Eusebio comentaba que llevan alrededor de 10 años avisando de este problema al Ministerio y parece que ahora han empezado a escuchar pero tampoco se están tomando las medidas para atajar este problema. Desde los colectivos del transporte indican que una medida que podría ayudar a acercar a los jóvenes a este gremio podría ser la de incluir una Formación Profesional donde se enseñe como es este trabajo, al igual que ya lo hay para otras profesiones como la de fontanería o carpintería.
En España, actualmente, para ser camionero, se debe de abonar 3.000 euros para conseguir el Certificado de Aptitud Profesional (CAP). Durante años hubo un acuerdo suscrito mediante el cual una persona que obtenía el CAP, mensualmente se le compensaba en su salario con 150 euros a mayores hasta cubrir el coste total del examen de obtención de este permiso, un modelo que muchos transportistas piden que vuelva para conseguir atraer a potenciales conductores. Por ahora, expone Eusebio de MIguel, hasta que se de luz verde a estas peticiones por parte del Gobierno, una de las medidas que se podrían ejecutar para paliar a corto y medio plazo la huida de transportistas es la de poner el foco el países de Latinoamérica. Países como Argentina, Chile o Méjico, cuentan con profesionales del transporte cualificados que podrían emigrar a España para dar los primeros pasos en este relevo tan demandado y necesario.
El hecho de poner la vista en países de Latinoamérica atiende principalmente, entre otros factores, a que comparten un mismo lenguaje, lo que facilitaría enormemente las comunicaciones entre el trabajador y la empresa. Esta mirada a otro continente choca con la realidad de España, donde hay casi 3 millones de parados que bien podrían ser transportistas, en una profesión con salarios de en torno los 2.500 euros. Todos estos son parches, ya que lo que realmente hace falta puntualiza De Miguel es que las administraciones se pongan manos a la obra y hagan todo lo que está en su mano por revertir esta situación de incertidumbre.
UNA LABOR ESENCIAL
Como ya vivió durante la pandemia, la labor de los transportistas es esencial para mantener la economía y un Estado de Bienestar, ya que son los encargados de suplirnos materias primas, medicamentos y toda clase de productos necesario. Por todo ello, instan a la administración a evitar una debacle en este sector.