"Me cansé de las prisas, del estrés y de la falta de tiempo en Madrid y he vuelto a mis pueblos para ser feliz junto a aquellos a los que más quiero"
El gran escritor Paulo Coelho suele afirmar que un niño siempre es capaz de enseñar tres cosas sumamente importantes a un adulto. En primer lugar a ser feliz sin tener un motivo aparente. Después a estar siempre ocupado con algo. Por último a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea. Y es que un niño es en sí mismo un tesoro abierto a explorar, a sentir y a vivir la vida con intensidad, emoción, alegría y asombro. Un niño es siempre un libro abierto y si además nació y vivió en un pueblo es un niño con una infancia salvajemente feliz.
SU ABUELO JUAN "EL PESCA", UN PELOTARI DE ALTURA EN LA COMARCA
“Mis maravillosos recuerdos de niñez están unidos a Huerta de Rey y a Pinilla de los Barruecos, dos de los pueblos más bonitos y singulares de la provincia de Burgos. Mi abuelo Juan ha sido siempre una persona muy entrañable que dedicó toda su vida a la madera. En toda la comarca de Pinares y de la Demanda aun los más mayores le recuerdan porque llegó a ser un gran jugador de pelota al que conocían con el cariñoso seudónimo de “El Pesca”. Mi abuelo todavía se emociona como un niño pequeño al recordar aquellos años de su juventud subido a su bicicleta para ir a los pueblos a jugar al que entonces era el deporte rey en la comarca”.
FAMILIA MUY UNIDA Y TRABAJADORA
“Mi abuela Consuelo se dedicó en cuerpo y alma a cuidar de la casa, de la familia y también del ganado que era otro de los sustentos económicos en aquellos años. Mi padre Cándido es de Pinilla de los Barruecos y mi madre Rocío es natural de Huerta de Rey. Son muy cercanos, agradables y sobre todo muy trabajadores. Tengo dos hermanos menores, Víctor y África a los que amo con locura. Afortunadamente mi hermana vive en Burgos y mi hermano ahora ha tenido que desplazarse a Tarragona por motivos de trabajo”. El lugar que nos vio nacer y crecer es como ese río cuya corriente jamás se detiene. Podemos escoger no bañarnos en sus aguas, pero el recuerdo de sus caricias en la piel es imposible de olvidar. Abel estudio primero en su pueblo y luego en la localidad vecina y hermana de Salas de los Infantes. Después se desplazó a Burgos para estudiar un módulo de electricidad y de ahí se marchó a Madrid para poder ser vigilante de seguridad y escolta privado. Tras varios meses probándose en estas profesiones entró a trabajar en Iveco donde ha estado 12 años.
REGRESO A SUS PUEBLOS TRAS TRABAJAR EN MADRID
“Un día me levanté y decidí dejar el trabajo. Tenía un contrato indefinido y muy buenas condiciones laborales, pero nunca pude adaptarme a la vida en Madrid y menos todavía a una vida alejado de mi familia y de aquellos que más quería. En Madrid no hay tiempo para nada y la tónica del día a día se ve marcada por la velocidad y el estrés. Aquí lo tengo todo. Mi padre siempre se ha dedicado a la construcción y es un oficio en el que me veo en el futuro. También me gusta mucho el sector turístico y tampoco descarto iniciar una empresa en el futuro”, comenta Abel.
AMOR POR EL DEPORTE, LA MOTO, LA MONTAÑA, LA NATURALEZA Y LA AVENTURA
San Agustín solía afirmar que el mundo en sí mismo es un libro y aquellos que no viajan sólo leen una página. Y es que el viaje en sí mismo es el mejor compañero de aventuras que un hombre puede tener. Sin viaje no hay destino, sin destino no hay respuestas y sin respuestas uno no sabe quién es. “Siempre me gustó viajar. Disfruto muchísimo con la bici y me apasiona salir en moto así como perderme en el monte y en la naturaleza. Con mi Honda CRV ya he estado en dos concentraciones de motos en Zamora y en Faro”. “También disfruto mucho de la naturaleza y de la montaña. He subido varias veces al Urbión. En 2017 ascendí con Itziar, Estefanía, Juanjo y su pareja María al San Millán haciendo noche en el Manquillo. Con la bici he completado muchos años la “Demandasaurus” y también pruebas de mayor distancia como la ruta que une Roma con Santiago. La idea de completar el trayecto vino tras un ERTE en la fábrica.
Tenía dos meses y me lancé a la aventura. Fue durante el verano de 2018. No sabía francés ni italiano pero pude comunicarme perfectamente. La costa italiana y la francesa son preciosas. Entré por los Pirineos y bajé hasta Andorra atravesando los Monegros hasta llegar a Soria y de ahí al pueblo. Sólo me llovió un día y fue al llegar a España. No pinché ninguna vez y no tuve ningún problema en 2700 kilómetros”. “La anécdota de la aventura se produjo en Montpellier donde tenía un hostel reservado. El dueño me canceló la reserva y decidí coger la bici y continuar el camino. Llegué a un pueblecito donde encontré una tubería rota de riego con la que me duché. Al llegar al siguiente pueblo eran fiestas y al preguntar por un hostal a una vecina esta me dejo dormir en su casa. Sin duda, un momento que siempre permanecerá en mi recuerdo”, matiza.
LA NUMISMÁTICA ES SIN DUDA UNA DE SUS GRANDES PASIONES
Además de la práctica del deporte y de la aventura, Abel disfruta mucho escuchando música siempre adaptada a cada situación y cada momento del día. Asimismo, también disfruta muchísimo de la Numismática que no es otra cosa que el coleccionismo de monedas y otros objetos relacionados tales como billetes, títulos de valor y medallas. Abarca el estudio de la moneda y también del pago y da testimonio de la historia económica, comercial y política del ser humano. Una disciplina que nace en el siglo XIX y que está relacionada con la epigrafía, la paleografía, la semiología y el arte. “Yo colecciono monedas y billetes y tengo pesetas y monedas de dos euros de todos los países. Mi colección es modesta pero si he invertido mucho tiempo y también algo de dinero. En este mundo hay que tener mucho cuidado con la información se puede encontrar en internet. No siempre es cierto todo lo que venden. Si puedo decir que una de las joyas de mi colección es una moneda de 50 céntimos de peseta del año 59 que tiene un gran valor por un error de fabricación en el que aparecen las flechas de falange mirando hacia abajo”.
ASOCIACIÓN DE PINILLA DE LOS BARRUECOS
La verdad es que tengo pensado organizar una exposición en Pinilla de los Barruecos en colaboración con la Asociación de Amigos del pueblo. Creo que sería super interesante y que la gente iba a disfrutar de una muestra así. Trato en la medida de mis posibilidades de echar una mano en todo lo que puedo pero lo cierto es que en la asociación necesitamos más colaboración de todos los socios para que esta siga estando viva no sólo durante el verano sino todos los meses del año, finaliza Abel.