Teófilo Palacios Sanz, conocido como Teo el de Navas, nos habla de "Emoción a caballo", una empresa de turismo equestre que fundó en 1997. Con él conocemos un poquito mejor qué tipo de servicios ofrece y en qué consisten sus rutas y paseos a caballo en el entorno de Navas del Pinar en Burgos.
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Los últimos estudios lo tienen claro: fueron los Botai, cazadores y recolectores de lo que hoy es Kazakhastan los que domesticaron al caballo por primera vez hace ahora 5.500 años. El turismo ecuestre, sin embargo, es mucho más reciente y se originó en Francia. Se encuentra regulado desde 1967 y por el comité nacional de turismo del país galo y tiene un volumen de 150.000 licencias del sector. En nuestro país es la Real Federación Hípica Española (RFHE) la que realiza desde 2014 un plan de internacionalización del turismo ecuestre español.
El Pico Navas se yergue como un gigante poderoso con sus 1351 metros de altura. Un gigante que en invierno desafía al frío bailando y cantando al compás de la nieve, el agua y el viento. Porque desde su cima, contempla con un vigía del tiempo la majestuosidad y belleza de la dehesa de Costalago y del maravilloso parque Natural que atraviesa el enigmático Río Lobos. Josafat y Guadalupe se enamoraron en Navas del Pinar. Se trata de un pueblecito pequeño y pintoresco que apenas cuenta con ochenta habitantes. Al matrimonio le tocó lidiar con la familia, la necesidad y la posguerra. Por eso trabajaron duro.
Muchas veces de sol a sol, llevando un bar y una carnicería en la localidad. Oficios exigentes que combinaron con el cuidado y aprovechamiento de uno de los mejores ganados ovinos de toda la comarca. Su hijo Téofilo Palacios Sanz, conocido como “Teo el de Navas”, decidió seguir la estela emprendida por sus padres. “Fue en 1997 cuando abrimos la Casa Rural Fuente del Río Lobos que con el tiempo se ha convertido en alojamiento turístico histórico en la comarca de pinares. Fue entonces también cuando decidimos comenzar con “Emoción a caballo” y las rutas en el entono del pueblo. Y lo hicimos muy poquito a poco y con los pies en el suelo. Comencé visitando todos los alojamientos y campings de la zona para dar a conocer nuestra actividad. Poquito a poco te vas haciendo un nombre y logrando tu lugar. Ahora tenemos clientes de País Vasco, Madrid, de otros lugares de Castilla y León y Valencia. Lo que hacemos es adaptarnos a sus necesidades. Muchos quieren probar y por eso solemos hacer recorridos de una o dos horas por el entorno de Navas, que es maravilloso. También solemos subir al pico desde el que se divisa el Cañón del Río Lobos. Es un lugar único, sin duda alguna.
Teo ama la vida rural y sus tradiciones, costumbres e historias siempre ligadas a la madre tierra y al respeto por la naturaleza. Comenzó por un ejemplar de la raza appaloosa y poco a poco fue aumentando la manada. Se trata de una raza mítica de caballos criados por los indios Nez Perce a orillas del río Palousse, un afluente del río Snake situado en los estados norteamericanos de Wastington e Idaho. Era una tribu de excelentes y valientes guerreros y jinetes que usaban los caballos para la caza y la guerra. De ahí que sean animales duros, fuertes y resistentes que por su carácter libre y rebelde han sido apodados como los caballos “Espíritu del Viento”.
“La pandemia nos ha afectado. Es una realidad que tenemos que aceptar. Lo que ocurre es que trato de no quejarme, porque no vale de nada. Tengo la fortuna de que mis animales viven libres y el gasto en comida no es excesivamente elevado. También es verdad que llegué a tener 25 ejemplares y ahora sólo puedo contar con 14. Lo que si que quiero con toda el alma es que Noe y Jerónimo, mis hijos, regresen al pueblo para continuar con los negocios familiares. Esa es sin duda una de mis grandes ilusiones. Si que es verdad que son muy jóvenes y tienen ganas de viajar y de vivir y de conocer otros lugares y disfrutar de otras experiencias. Soy consciente además de que cuidar de los animales requiere esfuerzo, constancia, compromiso y mucho trabajo y dedicación. Aun con todo, espero que vuelvan al pueblo. Porque al final, en los pueblos podemos cumplir nuestros sueños y ser felices. La clave lógicamente es apostar por ellos”, concluye Teo.
En la retina del tiempo como guardián de los recuerdos, la pareja de novios que subió a caballo a la cima del Pico Navas para pedirse en matrimonio. Un gigante amable y bonachón que cuida de todos los que viven en pinares. Guardando sus almas y preservando sus sueños para volver a ver renacer algunos de los pueblos más bellos de la vieja Castilla.