Raquel Munguía Medina, natural de Palacios de la Sierra, hace un recorrido maravilloso por su vida recordando el bar familiar Munguía, su lucha contra la presa de Castrovido, su amor por la música y por su pueblo y el tesón y fortaleza para llevar todos los veranos las piscinas de Palacios y su propia ganadería.
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El Bar “Medina” fue fundado en Palacios de la Sierra el día de las Candelas de 1967. El local había sido una carpintería de los hermanos de Jacinta Medina, madre de Raquel Munguia Medina. “Fue curiosa la historia porque ese mismo año la Diosa Fortuna nos sonrío premiándonos con el Tercero de la Lotería de Navidad. Emilio, mi tío pequeño, trajo varios décimos de Madrid donde estaba estudiando. Fue el 30332 que se jugó en participaciones de cien pesetas y que estuvo muy repartido llevando un buen pellizco a muchos hogares que lo necesitaban”. Un año después, en 1968 se casaron sus padres Jacinta Medina y Esteban Munguía y el Bar pasó a llamarse Munguía. Esteban tuvo ovejas, vacas y cabras y Jacinta dedicó su vida al bar y al cuidado y la educación de los niños.
“Fueron años duros, de trabajo, no había horarios, todos los días del año, no se cerraba ni para cenar en Noche Buena. Perdí a una hermana con 4 años en una dura y larga enfermedad. Mis padres no se recuperaron jamás de la pérdida y por esta causa a mí y a mis hermanos nos tocó desde muy pequeños ayudar en todo lo que podíamos. Siempre recuerdo que yo ponía una caja de cervezas de San Miguel dada la vuelta, para llegar a los mangos de la cafetera. Entonces había mucha gente en el pueblo, las casas no tenían comodidades y la vida se hacía en los bares; se alternaba mucho: después de comer, café, copa y faria y por la tarde las jarras de vino con cacahuetes y aceitunas; muchas cuadrillas de chiquiteo, partidas de cartas con antiguas historias, chascarrillo y anécdotas, había un ambiente de edades diversas, que me fue impregnando de mucha sabiduría local”.
Raquel Munguía tiene dos hijos. Alvar de 21 años y Nuño de 19. A ambos los ha criado en valores tan importantes como el esfuerzo y la perseverancia gracias también al apoyo incondicional de su familia.. “Si te das cuenta, tienen nombres relacionados con la historia del Cid. Son muy buenos chavales. Realmente responsables. Les ha tocado ayudar en casa desde muy jovencitos y yo creo que eso les ha aportado seriedad y madurez para afrontar la vida. Me gustaría que se quedaran a vivir en Palacios, pero esa tiene que ser su decisión. Los dos estudian. Alvar se decanto por la Biología y está en Salamanca y Nuño vive en Ponferrada donde está haciendo un grado superior de Comunicación Audiovisual. Es su pasión desde que era muy “chiquitín”.
Ni la ausencia ni el tiempo son nada cuando se ama decía Alfred de Musset, el gran poeta francés. Y es que quien encuentra el amor haya en si misma la felicidad. “Javier Vázquez, al que todos llaman “el gallego” es mi gran compañero de vida. Un hombre muy muy trabajador que es capaz de reciclarlo todo. Porque tan pronto te construye una maravillosa caseta en un árbol como te monta una aparca bicis con un tronco de pino en las piscinas de Palacios. Raquel regenta desde hace varios años estas instalaciones veraniegas. Javier le echa un mano en todo lo que puede. “Creó una zona de candados con una simple cadena de arrastrar troncos de los pinos. La barra de las piscinas es suya al igual que el Chill Out. En verano después de segar y recoger la hierba de las fincas, nos echa una mano en la piscina. Allí está metido en el asador, como San Lorenzo, preparando los chuletones, entrecots y solomillos de vacuno, de nuestras vacas; también prepara pescados a la brasa, chuletillas, chorizo, morcillas etc. Es un hombre ingenioso e imaginativo que sube continuamente a Regumiel para buscar tablas y machones con los que seguir trabajando”.
Los pueblos, en plena lucha contra la despoblación, necesitan de gente valiente que inicie proyectos de empresa y de vida. Javier Vázquez es sin duda uno de esos valientes que se atrevió hace tiempo a tomar el timón de sus sueños para hacerlos realidad. Regenta una extensión bovina en Palacios de la Sierra que cuenta con entre 106 y 108 ejemplares. Raquel es su gran apoyo personal y también laboral. Una de sus grandes preocupaciones tiene que ver con la lucha encarnizada por erradicar la tuberculosis bovina. Y es que el pasado mes de febrero saltaba la noticia de que en apenas 15 días 52 animales habían dado positivo en tuberculosis bovina después de la última campaña de saneamiento ganadero. Esos 52 animales que habían dado positivos en piel fueron luego negativos en el matadero y en cultivos posteriores. Los presuntos focos aparecieron en siete explotaciones del entorno de Salas de los Infantes.
“España lleva acogida 40 años al programa europeo de Erradicación de Tuberculosis Bovina, porque recibe muchos fondos para este fin. En este tiempo se han mandado matar por este programa 1 millón de vacas, de los cuales 800.000 estaban sanas y fueron para consumo humano. Seguimos igual o peor que en 1980. Tenemos que aislar las vacas del resto de ganaderías cuando sabemos que los animales de caza son portadores de tuberculosis y están en contacto con nuestras ganaderias. Eso si, no tienen las mismas exigencias sanitarias. Por eso tengo claro que en la comarca el programa de la Junta no tiene ningún sentido y va terminar con los pocos ganaderos que hay”.Yo asistí a la reunión. Tuve que sacrificar tres vacas y un toro”. A Raquel le sorprende sobre todo que el Programa Nacional de Erradicación de la Tuberculosis Bovina, lejos de cumplir su objetivo, muestra un panorama desolador. “Cada vez estamos peor. A veces tengo la sensación de que trabajamos para no ganar nada”, se lamentaba Munguía al relatar su caso y el del resto de compañeros de la Agrupación de Defensa Sanitaria (ADS) de la Sierra de la Demanda. Y es que los ganaderos “se las ven y se las desean” para mantener en pie sus explotaciones.
En primer lugar porque los ejemplares eran vacas jóvenes. Y en segundo lugar porque cuando hay un positivo se aisla a las explotaciones y se le retira a los ganaderos la carta verde prohibiéndoles así poder vender. Aunque “ninguna prueba es fiable al cien por cien”, Munguía está al tanto de que muchos cultivos y biopsias posteriores ofrecen resultados negativos. Además, fuentes veterinarias conocedoras de esta clase de procedimientos apuntan que “es complicado saber si hay un falso positivo porque demostrar que el animal está infectado no siempre es posible”.
El precio de los terneros apenas ha variado en los últimos cuarenta años. Las subvenciones no solucionan el problema porque “son ayudas que se nos conceden para compensar las pérdidas de renta Además hay que sumar todos los costes. Lo curioso es que muchos creen que los ganaderos nos estamos haciendo de oro y no es así. Yo me conformaría con que se pagara el precio real de los terneros. Con eso podría ser más que suficiente”, aclara Raquel.
Siembra un acto y cosecharas un hábito. Siembra un hábito y cosecharas un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino. Eso decía el escritor inglés Charles Reade. Sabias palabras que parecen apropiadas para describir la forma de ser, de pensar, de vivir y de actuar de Raquel Munguía. Una mujer luchadora del siglo XXI que lucha por lo cree porque cree en su propia lucha.
Raquel formó parte activa de la plataforma contra la presa de Castrovido. “Conseguimos alejar la presa seis kilómetros del pueblo. Sigo creyendo firmemente que para dotar de agua a la cuenca baja del Arlanza hubieran valido las pequeñas presas de agujero. Recuerdo con mucho cariño y nostalgia aquella zona de enorme belleza y riqueza. Me quedo sobre todo con la lucha compartida con grandes expertos y personas de otros territorios. Gentes sencillas y muy humanas. Entre ellos Pedro Arrojo Agudo, profesor catedrático de Económicas y Francisco Javier Martínez Gil, Hidrogeólogo por la Sorbona.
Recuerdo con mucho cariño y nostalgia aquel valle, un recorrido de belleza impresionante. El sonido del agua, los nenúfares, la presa Medrano, que dio luz al pueblo unos años, el convento al 20 o del 20, y el molino de Chillida, uno de los grandes artistas de todos los tiempos. ¡Y es que el Peine de los vientos de San Sebastián está inspirado en una estancia interior que había en el molino! Escaleras de madera alrededor de la lumbre del hogar haciendo un ángulo recto, que luego el artista cambió por escaleras de granito mirando al mar; en ese Peine del viento visitado por miles de personas.
Y es que sueña quien tiene valor de hacerlo. Y cumple sus sueños aquel que lucha por ellos. Raquel Munguía siempre ha soñado con cambiar el mundo. Al menos, su mundo. Por eso cada día es una nueva batalla. Por su familia, por sus amigos, por su trabajo, por su vida y por su pueblo. De Palacios destaca sus fantásticas fiestas, sus gentes maravillosas, sus animados carnavales, sus bellos rincones y su naturaleza exuberante. Como tradiciones destacaría sin duda el baile a Santa Ana, La Sarnícula, La semana Santa con sus cantares locales y la procesión del Manto, Los disfraces de Carnaval, Las cuartetas de San Sebastián donde se recoge todo lo acontecido durante el año.... Estás serían las que perduran, porque tradiciones que se han perdido había muchas más. De Palacios como pueblo bello donde los haya destacaría la pared de San Miguel en la Dehesa parece el valle del Jerte en primavera, rodeada de los espinos en floración, es un deleite para nuestros sentidos. La villa romana de Los Paredones, El puente Aguamediano y ligado a los " numerosos yacimientos Altomedievales" habría que mencionar también el museo de las Necrópolis Alto Arlanza.
En el corazón guarda la memoria de José Antonio Labordeta. La memoria del cantautor comprometido, del poeta alumbrado, del escritor insigne y del político de raza y honor. Porque como bien dijo el aragonés universal “Canta compañero canta, que aquí hay mucho que cantar porque este sillencio de hierro ya no se puede aguantar”.