"Me siento muy orgulloso de lo que he conseguido en la vida con mucho esfuerzo y sacrificio"
Mahatma Gandhi solía afirmar con acierto que donde hay amor siempre hay vida. Alexander Paz Fernández nació en Sullana, una preciosa ciudad de 200.000 habitantes situada en el norte de Perú en una familia de seis hermanos en la que el amor era el gran motor de sus vidas. Sullana es una ciudad maravillosa donde el calor impone su ley que se dedica sobre todo a la exportación de plátano, de coco y también de la ganadería. No es una localidad donde haya muchas fábricas pero si es el lugar comercial por excelencia de toda la comarca. “Comencé estudiando Ingeniería de sistemas en Trujillo. Sin embargo, mis padres no podían pagarme la universidad y decidí mudarme a Lima para trabajar. Fue allí donde terminé mis estudios de informática, lo que me permitió trabajar en una empresa de seguros y también en un centro médico. Pronto vi que no era lo mío. No soy una persona a la que le guste la oficina y tenía claro que mi fuerte era la electrónica y la electricidad. Por eso comencé a trabajar en temas relacionados con el aire acondicionado y me especialicé en soldadura. Fue así como comencé trabajando en el centro médico de nuestra señora de los Ángeles en el Perú, explica Alex.
Fue así como el destino le abrió una nueva puerta que cambiaría su vida. Conoció al padre Severino que le propuso la maravillosa idea de viajar a España para trabajar. “El padre Severino era el tío de Óscar, creador de Producciones Salas. Óscar vino a Lima de vacaciones en 2007 y me entrevistó. A pesar de los nervios iniciales todo fue muy bien y llegué a España en noviembre de 2007 para comenzar mi aventura en Producciones Salas. Al principio fue duro, no lo puedo negar. Siempre hay un periodo de adaptación que hay que superar. Al final, la rutina es la misma. Me levanto a las seis y media y a las siete ya estoy en la nave. Después hay que coger la furgoneta o los camiones que ya están cargados y vamos allí donde tengamos que montar. Creo que llevo tanto tiempo en la empresa porque el ambiente es genial. Tenemos muy buen rollo entre nosotros. Si que es cierto que mi esposa me dice que con la edad cada vez va a ser más complicado mantener ese intenso esfuerzo físico que requiere este trabajo. Es duro y hay mucho desgaste. A veces son catorce horas diarias. Muchos días vemos salir y ocultarse el sol, matiza Alex.
En la actualidad Producciones Salas tiene entre 20 y 25 empleados contando con el personal de Burgos que se desplaza a los teatros. Hablamos de una compañía de ámbito nacional. “Yo he llegado incluso a ir a Portugal para montar un evento de medicamentos. Creo que la clave de la empresa es que hacemos muy bien todos los encargos y además con una gran calidad. Siempre le damos solución a todo sobre la marcha y eso el cliente lo valora. Además, la empresa ofrece todos los servicios y eso ayuda a materializar los contratos. Tenemos baños, sonido, iluminación, taquillas y vestuarios, explica Alex.
En su vida la familia juega un papel trascendental. Conoció a July, la que hoy es su mujer en el centro médico donde trabajaba en Perú. Al quedarse embarazada decidió regresar de España por amor para casarse con ella y así poder tramitar los papeles para volver a España ahora eso sí como marido y mujer. “Mi familia es el pilar de mi vida. Tengo dos hijos, Alexander que tiene 14 años y Fabian de diez. Mi mujer es muy trabajadora y en la actualidad está en dos lugares al mismo tiempo, el Patronato de Santa María y el Hospital de Burgos. A mis hijos les gusta mucho el fútbol. Alexander es muy buen estudiante y tiene muchos amigos. Es muy sociable y está muy adaptado a la vida en el pueblo. Llegó a España cuando tenía año y medio y toda su vida la ha hecho aquí. Fabian nació en España y también es muy “amiguero”. La verdad es que estamos muy bien aquí. Yo me he aficionado a la huerta. Llevo ya dos años y disfruto mucho moviendo la tierra, sembrando y cosechando. Al llegar a Salas en Producciones Salas Oscar vio que tenía cualidades para la reparación y me montó un taller. Allí paso muchísimas horas arreglando todo lo que se estropea y tiene relación con la electrónica. Tengo todas las herramientas allí donde paso gran parte de mi tiempo si no estoy en casa con mi familia en el huerto, explica Alex.
A Alex le gusta disfrutar de la tranquilidad que se vive en el pueblo. Aquí el tiempo parece ilimitado y la vida se hace más pausada, más tranquila y más feliz. “En Lima la vida es muy estresante. Allí solo tenía un día libre y eso me agobiaba. Al llegar a Salas y ver la tranquilidad con la que se vivía aquí al principio me asusté. Sin embargo, soy un tío muy sociable y me ayuda mucho a integrarme. Soy un muy buen conversador y siempre trato de aprender viendo los telediarios para así poder dar mi opinión, sobre todo cuando se trata de hablar de fútbol. En invierno somos los mismos y eso te permite conversar con todos lo que es muy tranquilizador. Algo que me quedó grabado es que en Perú la gente se relaciona socialmente teniendo en cuenta el estatus profesional. Allí el médico solo se junta con los médicos o el banquero con los banqueros. Aquí es diferente. No hay diferencias sociales ya seas jardinero, electricista, médico o abogado. Aquí soy muy feliz y después de tantos años puedo ver claramente lo que he conseguido y lo que he ido creciendo a nivel personal y laboral, matiza Alex.
Si comida favorita es el lomo salteado y su color fetiche sin ninguna duda es el blanco. Si le preguntas por una película te dirá que disfrutó muchísimo con Matrix. Su sueño por cumplir volver a reunirse con toda su familia en Perú.