"Tengo la misma ilusión que cuándo inauguré la óptica en Salas el 25 de junio de 1987"
Charles Chaplin, uno de los mejores cómicos de todos los tiempos, afirmaba que una sonrisa siempre significa mucho. Enriquece a quien la recibe sin empobrecer a quien la ofrece. Dura sólo un segundo pero su recuerdo, a veces, nunca se borra. Y es verdad. Una sonrisa es sin duda la mejor carta de presentación de alguien feliz. De alguien que con mucho esfuerzo y sacrificio sigue conquistando sus sueños y sus metas en la vida. Llueve intermitentemente. Tita Martín Ortega me recibe con una maravillosa sonrisa y un cálido abrazo en su Centro Óptico situado en una de las zonas más nobles y bellas de la ciudad milenaria de Salas de los Infantes. La grabadora y la cámara están preparadas. Comienza la entrevista. “Nací en la preciosa localidad de Vilviestre del Pinar hace ya 58 años. Tengo un hermano, Víctor. Mis padres Eladio y Valen tuvieron que sacrificarse muchísimo para pagarme los estudios porque mi hermano afortunadamente estuvo becado todo el tiempo. Mi padre era aserrador y el convenido de la madera era y sigue siendo uno de los más bajos y más en nuestra comarca.
Estudie la EGB en Vilviestre hasta cumplir los 14 años. En aquel momento el Instituto de Formación Profesional de Quintanar de la Sierra estaba adscrito al Diego Porcelos y eso hizo que me desplazará a Burgos para continuar allí mis estudios. Después me desplacé a Madrid para estudiar Óptica en la Universidad Complutense. En aquella época estudiaban más los chicos que las chicas. Muchas se quedaron son sus padres en Vilviestre o se dedicaron a servir. En casa sin embargo mis padres siempre tuvieron claro que querían que estudiara y siempre me dejaron total libertad para elegir libremente lo que quería estudiar. Eso sí, me inculcaron la idea de que en casa había poco dinero y de que no podía hacer el tonto. Yo les estoy sumamente agradecida por haberme dado la misma oportunidad de estudiar que a mi hermano. Después de trabajar en la capital algún tiempo y adquirir experiencia decidí volver porque yo soy de Vilviestre, mis padres vivián allí y el padre de mi hijo era de Quintanar de la Sierra. Para montar la óptica elegimos Salas de los Infantes porque entendíamos que era el núcleo que recogía a toda la gente de la zona”, explica Tita.
Un sueño es tan valioso como el oro, tan determinante como una victoria y tan dulce como el amor. Un sueño puede cambiar nuestras vidas revistiéndolas una y otra vez de nuevas esperanzas y deseos. Tita Martín Ortega cumplió el sueño de su vida abriendo su centro óptico en Salas de los Infantes el 25 de junio de 1987. “Justo el día en que cumplía 23 años. Recuerdo aquel día con mucho cariño y emoción. Hicimos incluso una pequeña fiesta de inauguración. Ya entonces el presidente de los ópticos de Burgos y de la Óptica Izamil me aseguró que los tres primeros años serían duros que a partir de los cinco años notaría una importante mejora. Salas de los Infantes me acogió con los brazos abiertos y la verdad es que ahora mismo me siento tan vilviestrina como salense” matiza Tita.
El Centro Opticpo Estudio está situado en el número 8 del Paseo de la Estación en la ciudad del Arlanza. Es un lugar estratégico donde la vida comercial fluye con fuerza en Salas de los Infantes. El local es amplio, moderno, cómodo, luminoso y sobre todo muy acogedor. “Ofrezco las últimas tecnologías para compensar los problemas visuales con gafas y lentes de contacto. Una de mis servicios, aunque no he podido ofrecerlo demasiado, es poder llevar a cabo entramientos visuales con los niños. Son ejercicios que ayudan a evitar fatigas oculares y más en niños con miopías fuertes. La verdad es que desde que yo comencé hasta ahora ha habido una gran evolución en todo lo que tiene que ver con la óptica.
En los operados por cataratas la evolución ha sido meteórica. Se ha pasado de montar gafas a los operados con más de 14 dioptrías positivas a quitar el cristalino a implantar una lente intraocular. Un avance sencillamente maravilloso. También ha habido una gran evolución en todo lo que tiene que ver con lentes de cristales y de contacto. Los espesores de las lentes se han reducido al mínimo y han aumentado considerablemente la cantidad de lentes para compensar los defectos visuales que existen en la actualidad. Ahora mismo la gente cuida mucho más su salud visual y son mucho más receptivos cuando les explicas que todos los años deben hacerse una revisión. Se nota muchísimo más en los niños. Antes nos miraban poco y ahora hay mucha más conciencia en la salud visual y los padres se dejan asesorar en el tipo de lente que es donde yo creo hay que gastarse el dinero”, matiza Tita.
Tita Martín cuida mucho de sus clientes a los que trata con una cercanía y una amabilidad exquisitas. Su jornada laboral comienza a las diez de la mañana y termina a las dos de la tarde. Reanuda su trabajo a las cinco y cierra su estudio a las ocho. “Cuando termino marco en mi agenda lo primero que tengo que hacer. Lo primero es abrir y hacer los pedidos para después ponerme con los montajes. Después voy graduando según van llegando los clientes al studio eso si con la misma ilusión que al principio porque si algo tengo claro es que el entusiasmo por trabajar y por cumplir los sueños no hay que perderlo nunca. Adoro mi trabajo y sobre todo estar con la gente. También hay días difíciles. En las zonas rurales las instituciones nos han dejado de lado. Hice un estudio cuando comencé en 1987 había 18.000 personas dependientes de la zona de Salas con una media de 45 años. En 2022 no llegamos a 9000 y la media de edad es de 60. Hay gente joven que se quiere quedar aquí pero no es fácil. Aun así la ilusión no puede perderse y el sueño de mi hijo, que es odontólogo, es venirse a Salas y montar su clínica en el local. Sería algo realmente maravilloso la verdad”, comenta Tita.
Tita pertenece y colabora con la mayor parte de las asociaciones de Salas. Es Vicepresidenta desde hace 16 años de ACOES (Asociación de Comerciantes y Empresarios de Salas de los Infantes) desde la que ha luchado y sigue luchando por mejorar y favorecer el tejido comercial de la ciudad milenaria. Se enorgullece al decir que su centro óptico studio pertenece a Federopticos, un grupo formado por “grandes amigos y profesionales”. Tita recuerda con cariño su primera charla en el instituto y en la asociación de Amas de Casa. Adora viajar. Argentina y Estambul fueron sin duda inolvidables. Le gusta el deporte y cuando se jubile sueña son viajar a algún país necesitado y poder vivir allí colaborando y ayudando como voluntaria.