110 años de las antiguas escuelas de Duruelo
Se trata de un hecho histórico, en 1907, que situó a Duruelo de la Sierra como el pueblo pionero que luchaba por afianzarse en uno de los pilares más básicos del desarrollo: la educación escolar. El Ayuntamiento prepara un homenaje con distintas propuestas que verán la luz a lo largo del año.
En este 2017 se cumplen 110 años de la construcción de las viejas escuelas de Duruelo de la Sierra, edificio reconvertido a día de hoy en el bar Sociedad ubicado en plena plaza de la Carta Puebla. Su inauguración fue posible gracias a don Nicolás Asenjo, durolense que con solo 14 años tuvo que abandonar su pueblo natal para forjarse un futuro en Madrid, pero que volvió a Duruelo para ser benefactor de estas escuelas, y para además conseguir que la carretera de Salduero al Valle de Regumiel modificase su proyecto principal y pasase por el centro del pueblo como hoy se conoce, y no circunvalándolo como se pretendía.
El Ayuntamiento de Duruelo de la Sierra, con motivo de este 110 aniversario de la inauguración de las escuelas construidas en 1907 por Nicolás Asenjo, ha decidido homenajear a tan ilustre vecino con varias propuestas que verán la luz a lo largo de este año. Para empezar, se han impreso ya un centenar de ejemplares de una revista donde se recogen el acto de inauguración de las escuelas, una pequeña biografía de Nicolás Asenjo y su árbol genealógico, y algunas fotografías de la época.
Para la creación de esta revista ha sido vital el trabajo realizado por el concejal Ricardo Asenjo Abad, que ha recopilado antiquísimos datos visitando diversas fuentes como el Archivo diocesano de El Burgo de Osma, los archivos parroquial y municipal de Duruelo, el archivo histórico de protocolos de la Comunidad de Madrid, el censo de Población del Ayuntamiento de Madrid, o incluso el cementerio de San Isidro de Madrid, donde está enterrado Nicolás Asenjo.
Además de esta revista, los actos de homenaje se extenderán al colegio Santo Cristo de las Maravillas, donde se dedicarán varios días de estudio a conocer la figura de don Nicolás Asenjo. Para culminar el homenaje, serán los propios alumnos del colegio de Duruelo los que colocarán en junio, al finalizar el curso escolar, una placa conmemorativa de este aniversario homenaje en el local que albergó estas primeras escuelas cuya inauguración fue todo un hito histórico para Duruelo de la Sierra.
Cientos de personalidades se reunieron un uno de septiembre de 1907, para la bendición del edificio. Allí expresaron sus expectativas creadas para el futuro del pueblo, “nunca al comenzar a dirigir la palabra he sentido un temor tan grande. Pero grande, conmovedor y trascendental es el acto que se realiza; es esta una de las fechas más memorables para Duruelo, digna de ser incrustada en áureas letras como perenne monumento a la prosperidad”. Estas fueron las palabras con las que Mateo Rioja, párroco del pueblo en ese año, comenzó la bendición del colegio.
El edificio años más tarde sobrevivió a un incendio a causa de las estufas de serrín con las que producían el calor suficiente para los escolares. Todo quedó en un susto y el centro permaneció en activo hasta mediados de los años 60, cuando dejó paso a las nuevas instalaciones conocidas a día de hoy como ‘Santo Cristo de las Maravillas’ situadas a pie de carretera.
Un colegio, que como tantos otros, separó hombres de mujeres a través de puertas distintas, con diferentes mensajes para cada sexo: “el trabajo, la honradez y la cultura engrandecen al hombre” ó, “la moralidad, humildad y laboriosidad enaltecen a la mujer”. El interior se repartió en cuatro departamentos: dos vestíbulos y dos salones de clase perfectamente iguales con cinco ventanas rasgadas.
“Una construcción única, con nuevos locales con más luz, mayor higiene y ventilación” explicaban en su inauguración junto al alcalde de Duruelo Eduardo Martín, ediles de las localidades vecinas de Covaleda, Salduero o Molinos y por supuesto con la presencia de la figura que este año se homenajea: Don Nicolás Asenjo.