Alberto Abad: “Esperamos que el nuevo mirador pueda estrenarse este próximo verano”

El alcalde de Duruelo confía que pronto den comienzo las obras que cambiarán el modo de visitar el enclave de Castroviejo por completo

Castroviejo es el paraje más representativo de la localidad de Duruelo de la Sierra, y es uno de los lugares más visitados de toda la provincia de Soria por su espectacularidad paisajística y por sus rocas, que con el paso del tiempo han ido esculpiéndose al antojo del viento.

Cada vez es mayor el número de visitantes que recorren este paraje, pero a partir de este próximo verano se espera que la afluencia sea aún mayor, ya que cambiará por completo el modo de conocer este magnífico lugar. Aunque fue hace un par de meses cuando se daba a conocer el proyecto que allí se llevará a cabo, es ahora cuando parece coger ritmo y presentar de forma inminente el comienzo de los trabajos. “Las gestiones entiendo que ya están muy avanzadas y esperamos que el nuevo mirador pueda estrenarse este próximo verano”, señala el alcalde Alberto Abad, puntualizando que “este nuevo proyecto supondrá potenciar aún más este paraje”.

Y es que Castroviejo contará con un mirador financiado a través de la Junta de Castilla y León y la Diputación de Soria, mediante el programa de infraestructuras turísticas de Espacios Naturales con el objetivo de incrementar la actividad económica y el empleo, contribuyendo a consolidar el medio rural fijando población. Y no será un mirador cualquiera. Será algo distinto a lo que hasta ahora hay en Castroviejo e irá encaminado a generar emociones en el visitante.

Se ha propuesto un mirador con dos sensaciones complementarias: la primera consiste en recuperar la experiencia del viaje que emprendían los carreteros. Para ello, se plantea un recorrido formado por pasarelas que vuelan sobre las profundas grietas que se abren entre las rocas, introduciéndose entre imponentes formas pétreas y abiertas a espacios de descanso para disfrutar del paisaje. Es como un camino ascendente de gran dinamismo que explora cada grieta y cada recoveco. Cada quiebro se convierte en un voladizo que asoma por el borde del perfil de la piedra y ofrece las imponentes vistas del lugar. De este modo, el camino-pasarela vincula la intervención con el territorio y sus habitantes gracias a unos materiales (madera, acero y vidrio) que conforman una geometría sencilla, liviana y legible, favoreciendo el uso público del espacio y su potencial como foco de atracción de visitantes. 

La segunda sensación tiene un fuerte carácter ‘simbólico’. El recorrido ascendente culmina en una plataforma plana sobre la que se puede recorrer el enclave de Castroviejo a vista de pájaro. Esta plataforma se relaciona de forma estrecha con las rocas del entorno y atraviesa el recoveco generado por los dos puntos más altos del lugar. Así, se propone un plano abstracto, de geometrías limpias y puras, que vuela hacia el sur para ver el valle y hacia el nordeste, pasando entre las rocas, hacia las vistas del nacimiento del Duero. 

Sin duda, este intervención será un antes y un después para este paraje natural pinariego.