La Cabaña de Carreteros recupera vigas de hace cinco siglos 'olvidadas' en un antiguo hospital de Burgos
Cuatro personas se han ocupado de su rehabilitación en las dependencias del futuro Ecomuseo de Quintanar de la Sierra. El resultado es de unas 'vigas perfectas' por las que parece que no ha pasado el tiempo.
La Cabaña Real de Carreteros se encuentra inmersa en un proyecto cargado de connotación histórica, con el que se confirma una de las afirmaciones que muchos pinariegos vienen asegurando durante siglos: la madera de los montes de la comarca de Pinares es un producto al que podríamos considerar eterno, un sello de garantía con durabilidad sin comparanza con otros materiales, un producto inigualable.
Y es que a lo largo de estos meses, esta asociación quintanara está inmersa en la labor de recuperar las vigas que se retiraron durante la rehabilitación del Hospital de la Concepción de Burgos, un edificio construido en el siglo XVI. Se trata de una madera que puede rondar perfectamente los 500 años de historia, años a los que habría que sumar la propia vida del pino en el monte. Más de cinco siglos de un producto que sigue en perfectas condiciones a día de hoy.
Estas vigas de madera cayeron por mera casualidad en manos de los quintanaros, ya que en un principio “iban a ser trituradas para biomasa”. Ante la sorpresa de los integrantes de la Cabaña Real de Carreteros, por la aberración que quería llevarse a cabo, se trajeron esas vigas a Quintanar, más de sesenta toneladas. De entonces han pasado ya ocho años, y es ahora -gracias a la contratación de cuatro personas mayores de 45 años- cuando se están recuperado limpiándolas con el mayor de los cuidados.
“Nos dijeron que tenían que deshacerse de la madera, reciclar el material. Fuimos a ver las vigas, dimos un toque a la Universidad que se quedó con algunas, también el constructor apartó otras… En definitiva, todos vimos que eso no podía destruirse y que además era una gran oportunidad para demostrar que un material como éste, -que ha sido muchas veces tan despreciado por el mercado-, puede tener un aguante de 400 o 500 años”, explica Ambrosio Montero, uno de los integrantes de la Cabaña Real.
“Los trabajadores están realizando una labor excelente, limpiando con mucho cuidado cada viga, quitándoles primero todos los clavos y después la parte que es madera podrida. El resultado son vigas perfectas, por las que no parece si quiera que hubieran pasado cinco siglos”, detalla Montero, en un proceso que ya tiene rehabilitado más de dos terceras partes de las vigas.
Madera y clavos de las vigas que recuperan desde la Cabaña Real de Carreteros servirán para datar la fecha exacta de la vida de este material, ya que “se van a realizar las pruebas pertinentes, como la del Carbono 14, desde la Universidad para saber de qué año datan, porque hubo varios incendios en el Hospital y pueden rondar desde el siglo XVI hasta finales del siglo XIX”, explica Santiago Abad, otro de los integrantes de los Carreteros, “se nota solo a simple vista cuales son más antiguas y cuáles no, simplemente por los clavos que se usaban”.
Las vigas formarán parte de los tesoros que podrán descubrirse en el centro de interpretación o Ecomuseo que el Ayuntamiento de Quintanar de la Sierra y la Cabaña Real de Carreteros quiere llevar a cabo como proyecto estrella. Este lugar se ubicará en la antiguas naves de la cooperativa San Cristóbal, de propiedad municipal y con 1.700 metros de extensión, que cuentan además con un aserradero hidráulico anexo que pretende también recuperarse.
Los carreteros transportaron tablones, vigas, maderas para cortar y otros elementos desde la sierra burgalesa hasta diferentes villas y ciudades. Una de ellas, Lerma, estará de actualidad este año por ser sede de una nueva exposición de Las Edades del Hombre. Durante 17 años que duró el proyecto constructivo de la plaza Mayor y su entorno, las carretas de Pinares llevaron material a la villa ducal.Entre el 1600 y el 1617 se levantaron la Plaza Mayor, la Colegiata de San Pedro y el Palacio Ducal.
A expensas del convenio. A día de hoy, todavía se espera la firma del convenio -ya realizado- que “urge tener para hacer ya proyectos físicos y que puedan plantearse a líneas de financiación”, aseguran los carreteros.Por su parte, la alcaldesa Montserrat Ibáñez, explica que “el convenio final ya está preparado y se ha pasado a todos los concejales para su revisión. Ya solo nos queda reunirnos todas las partes y estaría muy bien poderlo llevar a pleno el 7 de febrero”, señala la edil, que declara que el ecomuseo es un proyecto muy interesante en el que “estamos todos a una”.