Carlos Llorente, desde Covaleda: "Es una celebración especial que se vive con mucha ilusión"
La pingada del mayo en Covaleda se ha convertido en una fecha señalada en rojo en el calendario festivo. Este año no se podrá vivir por segundo año consecutivo, pero cabe recordar que este ritual se llevaba a cabo en el paraje de El Cubo con la participación de todos los y las jóvenes y ante la atenta mirada de numerosas personas, vecinos y visitantes.
Concretamente, Covaleda recuperó la tradición en el año 2013 gracias a la Asociación Juvenil ‘Los Bretos’, que en su empeño por recuperar la historia local consiguieron que esta fiesta que se había perdido hace más de medio siglo volviera a vivirse en cuerpo y alma. Para Carlos Llorente de Miguel, joven de la localidad además de teniente de alcalde, la pingada del mayo es “una de las mejores fiestas del año, por lo que significa y por el hecho de que nos juntamos todos los jóvenes para disfrutar de una celebración que es muy especial y que se vive con mucha emoción”.
Explica Carlos que la jornada de la pingada comenzaba siempre yendo a buscar el mayo al monte y después llevándolo con los bueyes hasta el lugar donde se pinga en El Cubo. “Ahí todos los que participamos empezamos a sentir ese nerviosismo habitual de estar llevando a cabo una tradición muy importante para Covaleda. Y poco a poco, a las órdenes de Fernando Jimeno, vamos alzándolo hasta que está pingado del todo. Una sensación que es difícil explicar con palabras”, subraya.
Esta fiesta culminaba con una comida multitudinaria, acompañada por la música de una charanga y una tarde de juegos populares. Después, la fiesta se trasladaba al pueblo con recorrido de bares con la charanga y música por la noche en el salón. Una gran celebración que no podrá verse de nuevo este año y que tendrá que esperar hasta 2022 para volver a vivirse.