Cerca de un centenar de jóvenes levantarán el mayo en San Leonardo de Yagüe

Como cada año los bueyes serranos protagonizarán la traída del pino desde el monte hasta la Cuesta de Mayo, donde se alzará bajo la dirección de Nacho Lomo

Los mayos son en cada localidad punto de encuentro, motivo de fiesta y seña de identidad entre pinariegos. Como cada primero de mayo en la localidad de San Leonardo de Yagüe se vivirá este ritual de alzar hasta lo más alto un buen ejemplar de pino, un momento que reúne a todos los vecinos en torno a una fiesta que se presenta como símbolo de fortaleza, de vida, de fertilidad y de unión con la naturaleza.

Como cada edición la Cuesta del Mayo, frente a la iglesia, será el lugar donde se celebre esta pingada con la ayuda de unos 80 mozos que cada año no faltan a su cita con las tradiciones locales. Pero antes de llegar a este instante, que se podrá disfrutar sobre las 13 horas, los mozos comenzarán temprano a preparar el mayo en el monte sacando el ejemplar de pino con la ayuda de los bueyes convirtiendo la mañana en toda una fiesta carretera, con parada para almorzar incluida.

“Lo cortamos uno o dos días antes para tenerlo ya preparado y el día 1 de mayo ir solo a sacarlo con los bueyes”, explican David Molinos y Óscar Sala, organizadores del festejo que recalcan que este día “es muy especial para todos los jóvenes”.

Una vez traído el pino hasta la Cuesta de Mayo, tras la finalización de la misa llegará el toque de ‘tentenublo’, el repique de campanas que se repetirá durante todos los días del mes de mayo a la misma hora, a la una. Se trata de una tradición que responde a la creencia de que mediante el repiqueteo las tormentas se contenían, se disipaban o por lo menos se suavizaban para evitar los daños en el campo.

Tras ese instante, centenares de personas, vecinos y visitantes, se colocan en cada edición, con una distancia prudente, alrededor del pino mayo para volver a ver unos el tradicional ritual, y otros para descubrirlo por primera vez con la sorpresa y el respeto que da ver cómo levantan un mayo que mide entre 20 y 25 metros de largo y que tiene en torno a 1,5 metros cúbicos de madera.

En torno a una hora y media puede alargarse el alzamiento del pino que se hace con la ayuda de aspas u orquillas de madera y sobre todo con la fuerza de los mozos de la localidad. “Es un momento muy bonito para todo el pueblo que se suele alargar más o menos dependiendo del día que salga. Si llueve la cosa se complica más y se va más despacio con lo que se puede pasar perfectamente de la hora y media”, añaden Molinos y Sala.

La dirección de la pingada del mayo la llevará otro joven de la localidad: Nacho Lomo al que le avalan años de experiencia en este tradicional festejo. Una vez el mayo pingado, en tono a 120 personas se reunirán para comer y disfrutar del resto de la jornada.