Covaleda, una Semana Santa que tendrá que esperar para revivirse en su totalidad
30 de marzo de 2021 (13:29 h.)
Sin procesiones y también sin el descendimiento del Cristo, momentos claves para las Cofradías de la localidad.
La Semana Santa de Covaleda es una de las más destacadas de la comarca gracias a la labor que cada año desempeñan las dos cofradías que hay en este municipio: la Cofradía de Nuestra Señora de La Soledad y la de Nuestro Señor Jesucristo Crucificado. Dos hermandades que este año, por segunda edición consecutiva, no podrán disfrutar de la totalidad de los actos que engloban la Semana Santa por culpa de la pandemia. No habrá procesiones, ni tampoco se vivirá el emotivo descendimiento de la Cruz de una figura de Cristo del siglo XV, momentos clave de estos días y que tendrán que esperar a futuras ediciones para poder llevarse a cabo.
Fernando Hernández es el hermano mayor de la Cofradía de Nuestro Señor Jesucristo Crucificado, una hermandad con mucha historia que se fundó por primera vez en el año 1955 y posteriormente se disolvió en 1974, para volver a ser recuperada en 1994. En la actualidad son cuarenta hermanos y es mixta y es Fernando la persona que lleva representando este cargo desde hace más de doce años.
Confiesa que hasta que entró en la cofradía, no había vivido verdaderamente la Semana Santa de Covaleda, “siempre me impresionó desde que era chico cuando habría unos 90 cofrades, pero no la había vivido con intensidad hasta que hace unos treinta años aproximadamente comencé en esta hermandad”, explica, apuntando que gracias a la labor de todos, “hemos conseguido recuperar casi todas, por no decir todas, las tradiciones que tenía el pueblo en torno a la Semana Santa. A destacar la ayuda de los párrocos que hemos tenido”.
El impulso hacia la recuperación cultural y festiva de la Semana Santa en Covaleda estuvo en el primer paso dado por la Cofradía de La Soledad. En 1989, un grupo de 19 mujeres decidieron recuperar esa tradición y justo un año después salieron por primera vez en procesión. Ahora, esta Cofradía cuenta con unas cuarenta mujeres y su priora es desde hace dos años Basi González.
Emoción en estado puro.
Reconocen ambos priores que la Semana Santa de Covaleda no se puede definir con palabras. “Emoción en estado puro con momentos tan importantes como la salida de la procesión de Viernes Santo, en el que todos los años no puedo evitar echar alguna lágrima acordándome de algunas personas que ya no están. La verdad es que es un instante muy emotivo que te pone los pelos de punta”, señala Fernando.
El no poder celebrar la Semana Santa tal y como se conoce supone para ellos “una gran pena” pero “es lo que toca con los tiempos que tenemos. De todas formas, el año pasado en estas fechas estábamos confinados y este año podemos disfrutar de las misas que para mí son momentos muy especiales, me gustan mucho”, señala Basi.
Este Jueves Santo, la misa de la Cena del Señor será a las ocho de la tarde. Esta jornada de jueves era, antes del Covid, una tarde importante, ya que ambas hermandades comenzaban los actos con la procesión por las calles dejando a su paso la belleza de sus hábitos.
Túnicas y capirotes.
En concreto, el de la Cofradía de La Soledad cuenta con capirote blanco y túnica negra ceñida por un cordón amarillo, guantes blancos, calcetines y calzado negro. Como novedad incluyeron hace años la capa blanca. En la Cofradía de Nuestro Señor Jesucristo Crucificado destaca una túnica negra ceñida por un cordón amarillo, capirote morado, guantes, calcetines y calzado negro. A todo ello hay que sumarle una novedad en el año 2008: una capa color púrpura al igual que la muceta en la que está representada la Cruz con el sudario.
En la jornada de Viernes Santo este año únicamente se celebrarán los oficios de la Pasión a las ocho de la tarde, con la veneración de la cruz que lo hará cada fiel desde su banco, sin el tradicional ‘beso’ a la Cruz que se hacía antes del Covid. Antes de la pandemia también se hacía en esta jornada el Descendimiento de la Cruz. Cada año, una persona de la Cofradía de Nuestro Señor se encargaba de descender la figura de Cristo, de tamaño natural, articulado y que data del siglo XV. Después seguía la procesión del Santo Entierro. En esta procesión, en la que acompañaba la Banda Municipal de Música, se podían ver personas anónimas vestidas de luto riguroso, algunas incluso andando descalzas y arrastrando cadenas. Se concluía el día con la Procesión del Silencio por la noche.
Sábado Santo en Duruelo.
El único acto de la Semana Santa para el Sábado Santo tendrá lugar a las 21.00 horas para la celebración de la solemne vigilia pascual. “Será cada año en uno de los dos pueblos, este año toca en Duruelo y al año que viene en Covaleda”, señala el párroco Jesús Mendoza, explicando que además, en Duruelo todos los días las misas serán a las seis de la tarde, “las de Jueves Santo y Viernes Santo, y a la una del mediodía el Domingo de Pascua”.
El fervor por la Semana Santa covaledense volvía a representarse en la mañana del domingo de Pascua de Resurrección con la Procesión del Encuentro que este año tampoco podrá celebrarse. Cada cofradía recorría un camino distinto por las calles de la localidad para acabar encontrándose en la Plaza Mayor. En ese momento se realizaban las reverencias con los estandartes y pendones para acto seguido quitarle el manto a la Virgen. La banda municipal de música acompañaba el acto. Este año solo se celebrará la misa a las 11.30 horas de la mañana.