La Diputación de Soria arranca el proceso de puesta en valor de la vaca serrana en la hostelería
El Hotel La Barrosa de Abejar presenta el 4 de octubre el programa de las primeras jornadas que se desarrollan en un comedor de Pinares para fomentar el consumo de esta carne de calidad. Las ayudas al fomento han favorecido el aumento del número de ejemplares, pasando de 240 a 320, y de ellas 60 novillas.
La Diputación de Soria continúa su apuesta por el fomento de la vaca serrana negra y quiere dar un paso más destinado a potenciar el consumo de su carne en colaboración con la Asociación de Criadores y buscando la implicación de los hosteleros de la provincia.
La recuperación de la raza serrana, después del vaciado sanitario que supuso el sacrificio de la totalidad de animales que constituían la explotación de Taniñe, lleva a frenar la disminución de ejemplares de la raza, algo que se ha cumplido con medidas como las ayudas para el fomento de la vaca serrana que han permitido pasar en dos años de 240 ejemplares a unos 320, de los cuales 60 son novillas.
“Nuestro objetivo prioritario era sujetar la raza, rejuvenecerla y aumentarla y ya lo hemos logrado así que ahora queremos dar un paso más”, explica el presidente de la comisión de Agricultura, Ganadería, Medio Ambiente y Montes, Raúl Lozano.
Para conseguir que la raza serrana siga aumentando, la Diputación trabaja ahora en la puesta en valor de la carne que cuenta con una alta calidad y que permitirá al sector agroalimentario de la provincia de Soria contar con otro producto de calidad. En este sentido, Lozano asegura que es necesaria la colaboración de la Asociación de Criadores pero también la implicación de los restauradores “para que vayan incorporando el producto a sus menús”. “Es verdad que ahora la producción no es muy elevada, pero es un trabajo que tenemos que realizar a medio plazo y esperamos que en dos años podamos ofrecer también chuletón de buey”, señala el diputado que asegura que “estamos satisfechos porque consideramos que vamos por el buen camino”.
Dentro de esta línea de trabajo, el presidente de la comisión de Agricultura se ha reunido esta semana con la presidenta de Asohtur, Yolanda Santos, para sentar las bases de una futura colaboración en este ámbito y solicitar la implicación de los hosteleros sorianos para que incluyen la carne de la serrana negra en sus menús contribuyendo de esta manera también a incrementar la calidad de la gastronomía soriana. Además, ya existen algunas iniciativas en marcha para poder desarrollar a finales del próximo mes jornadas gastronómicas en torno a este producto. “Una iniciativa que nos parece positiva y con la que la Diputación colaborará”, explica Lozano.
El miércoles 4 de octubre se presentan en Soria las primeras jornadas gastronómicas que sobre la vaca serrana se van a desarrollar en un pueblo de PInares, y que se extenderán durante los últimos fines de semana de octubre y primeros de noviembre.
La raza serrana negra procede directamente del tronco conocido por Bos Taurus ibericus, del que conserva rasgos de su aspecto externo. Su nombre se debe a las áreas de asentamiento (serranías) y al color de su capa. Se incluyó en el año 1997 en el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España como raza autóctona española en peligro de extinción, por encontrarse en grave regresión.
La zona geográfica donde se origina la raza se extiende desde la Cordillera Ibérica y la Sierra de Cabrejas en Soria. El área de ubicación de la raza serrana negra ha sido siempre una zona de gran tradición ganadera. La abundancia de sus sierras y la calidad de muchos de sus pastos han sido las bases sobre las que se han asentado muchas poblaciones animales productoras de trabajo, carne, leche y manteca, que ha sido fundamentales para el desarrollo, no sólo de la ganadería, sino también de la riqueza soriana.
En la actualidad los núcleos importantes de ganado se localizan principalmente al norte de la provincia, en la zona de San Pedro Manrique, limitando con La Rioja y en La Muela, al sur de la Sierra de Cabrejas. En sus orígenes la raza serrana fue una población de triple aptitud: carne, leche y sobre todo animales de trabajo.