Duruelo esperará a 2021 para alzar su mayo, sacar la Ronda y cocinar su caldereta
Las fiestas del Santo Cristo de las Maravillas tendrían lugar del 13 al 17 de este mes. La pandemia ha podido con ellas y con todas las celebraciones del verano.
Unas fiestas singulares, cargadas de tradiciones y momentos emotivos. Así son las celebraciones en Duruelo de la Sierra en honor al Santo Cristo de las Maravillas que tendrían lugar esta misma semana, del 13 al 17 de septiembre y que, como consecuencia de la pandemia, no podrán vivirse al igual que ha ocurrido con todas las celebraciones del verano de la comarca y del resto del país. Días que se vivirán con sentimientos encontrados, con una mezcla de tristeza por no poder llevarlas a cabo y con otra parte de responsabilidad ante los difíciles acontecimientos provocados por el Covid.
Y aunque no pueden celebrarse estos días tan importantes para los durolenses, si pueden recordarse. Las fiestas de Duruelo cuentan con varios actos marcados como los más representativos, entre ellos la pingada del mayo es uno de ellos y es la tradición con la que se comienzan los festejos, llevándose a cabo justo antes incluso del pregón de fiestas. Son los mozos de esta localidad los que, armados de las herramientas necesarias y de la fuerza precisa, levantan un pino de más de 20 metros de largo en la plazoleta de la panadería.
Allí, bajo las órdenes del durolense y afincado en Pamplona Rodrigo Nieto, -quien aprendió de su propio padre a dirigir este ritual-, en torno a una veintena de mozos alzan poco a poco este símbolo local que permanece durante todo el mes de septiembre erguido y con la bandera de la población en lo más alto. Esta tradición se recuperó hace ahora ya más de una década y supone para la juventud poner en valor tradiciones que formaron parte de la historia local.
Una vez el mayo mirando hacia el cielo y pregón leído, los durolenses proceden cada año a llenar la plaza de la Carta Puebla del colorido de los trajes tradicionales con el baile de la Rueda, dando oficialmente por inauguradas estas fiestas del Santo Cristo. Una estampa que no podrá verse este año y que tendrá que esperar hasta la próxima edición festiva.
La Rueda de Duruelo también es otro de los actos de esta localidad que fue recuperado desde hace en torno a una década. Se trata de una danza tradicional que se perdió con el paso del tiempo y que gracias a la labor desinteresada de Victoriano Hernando, marista y músico ya fallecido, se logró recuperar siendo ahora una de las partes imprescindibles de las fiestas. Una vez recuperada, se creó el grupo de Danzas de Duruelo que todos los años tras el pregón bailan esta especial pieza que emociona a todo un pueblo.
La Ronda Popular es también indiscutible dentro de los actos de las fiestas de esta población. Sale a la calle en varias fechas del año: Carnaval, Santa Marina en el mes de julio y los Cristos en septiembre. Debido a la pandemia, Carnaval fue la última ocasión en la que estas calles pudieron escuchar los sones de las guitarras, los laúdes y las bandurrias. Aunque las otras dos rondas sí, la de Cristos no cuenta con la peculiaridad de los varazos y cintazos a los mozos, únicamente la protagonizan los músicos.
Y es que la Ronda de Duruelo no deja a nadie indiferente y es esa singularidad la que puede hacerle conseguir ser declarada Bien de Interés Turístico Regional. Durante el recorrido por el pueblo, de en torno a una hora, el grupo de músicos locales encabezando la comitiva va entonando cancioncillas de creación propia, mientras los varios centenares de mozos realizan sus tropelías entrando y saliendo de esa agrupación en numerosas ocasiones para tentar a mayorales y motriles.
Los dos mayorales y el grupo de motriles, -estos últimos son los quintos de este año-, son los encargados de que el orden no se pierda en ningún momento y para ello utilizan varas de avellano y cintos de cuero respectivamente para usarlos en algún que otro momento y evitar así que los mozos puedan escaparse durante el recorrido. Se generan carreras espectaculares y curiosas imágenes, siempre llenas de humor y festividad, que impactan a los espectadores.
Caldereta, un plato que tendrá que esperar un año para ser cocinado al fuego de la leña
Las fiestas de la localidad de Duruelo de la Sierra culminan siempre con la tradicional caldereta popular en el parque de Las Peñitas. Allí, desde muy temprano el grupo de cocineros durolenses preparan la carne, los distintos ingredientes y la leña con la que durante horas se guisará este plato que tanto se va a echar de menos este año. En torno a los 1.300 kilos de carne dispuestos en 26 grandes cazuelas se cocinan en esta localidad pinariega para poner punto y final a las celebraciones.
A las dos de la tarde es el momento en el que siempre arranca la comitiva desde la puerta del Ayuntamiento, con el equipo de Gobierno presidiendo el desfile y en compañía de la Reina y las Damas en dirección a Las Peñitas para proceder, una vez su llegada, al reparto de la caldereta. La música de la charanga acompaña este camino. “Todos los días de las fiestas tienen algo, pero la caldereta es especial. Es el día en el que se terminan las celebraciones y significa una jornada de unión y convivencia para todos en torno a un plato típico”, señala el alcalde Alberto Abad, que apunta que este año este ritual no podrá celebrarse, “ahora lo que toca es ser responsables y continuar realizando las medidas que se nos piden para prevenir el Covid-19. Esperaremos un año para disfrutar de las fiestas con más ganas que nunca”, añade.
Este plato lo degustan cada año en torno a unas 3.000 personas, entre vecinos y visitantes. Con amigos o con la familia es como los durolenses se juntan para disfrutar de esta gastronomía tan peculiar. La mayoría de ellos comen en este paraje natural donde, por la tarde, se celebran juegos populares para todas las edades y donde se lleva a cabo el reparto del vino entre los que se acercan a catar la cuba. El colofón final a las fiestas del Santo Cristo de las Maravillas lo pone la bajada con antorchas y con la música de la charanga en dirección hacia el pueblo, para terminar en la plaza mayor con la música de la orquesta y la traca final en torno a las dos y media de la madrugada.
Después de los días festivos más importantes de esta población, Duruelo de la Sierra descansa cada año por algo más de una semana para retomar de nuevo las celebraciones, pero esta vez en honor al Patrón San Miguel Arcángel. Los días 27 y 28 de septiembre se vive esta fiesta en la que también hay actos importantes, no tan tradicionales pero si multitudinarios como la pelota mano, las orquestas, el pasacalles, los juegos populares como los bolos y la procesión. Imágenes que tendrán que esperar un año para volver a repetirse, con mayor ilusión y alegría que nunca.