Los expertos alertan de una seta tóxica, frecuente en el entorno urbano de Burgos
La Paralepistopsis amoenolens se puede confundir con la seta de brezo, o incluso con la seta de cardo. Los micólogos consideran prioritario que no se alarme a la población, pero llaman a la prudencia.
La Paralepistopsis amoenolens, con presencia en el área periurbana de Burgos y especialmente en el Cerro de San Miguel, tienen una morfología que puede confundir a los apasionados de la micología, dadas sus similitudes con la comestible Lepista flaccida o inversa (seta de brezo o de embudo según zonas) y la Clitocybe gibba, sin valor culinario, según publica Diario de Burgos.
A raíz de la observación microscópica, se ha podido ver cómo existe entre las mencionad una gran diferencia: las primeras poseen una carga tóxica que afecta al sistema nervioso, no hay un antídoto ni un tratamiento determinados y el síndrome puede durar días o meses.
Con el fin de ayudar a los aficionados a las setas a identificar esta especie en expansión, las XVII Jornadas Micológicas Gatuña, organizadas por la Asociación que lleva el mismo nombre y el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Burgos, muestran estos ejemplares y muchos otros en la sala de exposiciones del Teatro Principal durante este fin de semana.
"La toxicidad que tiene es neurológica. Da dolor en las extremidades, en las manos y en los pies. Y es difícil determinar que la causa es una intoxicación por hongos porque es muy poco conocida", explica a Diario de Burgos Francisco Javier Carlón, miembro de Gatuña y autor junto a Ignacio Arroyo de un artículo referente a este tema publicado en el boletín micológico de la Federación de Asociaciones Micológicas de Castilla y León (Famcal), una revista «de prestigio internacional» en la materia, indica Carlón.