Las Marzas encienden la tradición en Canicosa con la Ronda y la queimada
Canicosa de la Sierra arranca el tercer mes del año con la tradición de las Marzas , y lo hace con un programa que se extiende durante dos días (el sábado 1 y el domingo 2 de marzo) con varios eventos destacados en el plano cultural.
En la actual edición , y como viene siendo costumbre, la programación se inicia este sábado con la tradicional Ronda Marcera, tras la Queimada celtibera. Con salida a las 18 horas desde la Plaza del Ayuntamiento, los participantes recorren la Residencia de los mayores y las casas anfitrionas, con sus cánticos tradicionales. Para culminar la jornada, tendrá lugar una chistorrada para todos los presentes
El domingo 2 de marzo, y a las 13 horas, en el mismo Salón, se podrá asistir a la proyección del documental Folk, y se repartirán pastas y anís. Desde la organización se insta a los vecinos y gente vinculada con Canicosa, “a disfrazarte de tradición y cantar con nosotros”.
La tradición de las Marzas se mantiene con distintas manifestaciones, parte de ellas heredadas de generaciones anteriores y otras incorporadas en estas últimas décadas. En Rabanera del Pinar se forman dos grupos que recorren las calles con los cánticos tras la cena vecinal. En Pinilla de los Barruecos también se cantan las marzas y en Salas de los Infantes, tras la cena, el cántico arranca a las once de la noche.
INVERNADA EN BARBADILLO
Durante el viernes 28 de febrero y el sábado 1 de marzo Barbadillo del Mercado celebra su ya tradicional invernada que este año cumple 13 ediciones. Las actividades arrancan con el canto de Las Marzas el viernes a las doce de la noche.
El sábado a las doce del mediodía hay una ruta senderista y a las tres de la tarde la comida de la Asociación Amigos de Barbadillo. A las 18:30 con una mesa redonda en el Salón multiusos titulada ‘40 años sin el tren Santander-Mediterráneo’.
Las Marzas tienen lugar la última noche de febrero, y es el nombre que reciben unos cantos petitorios entonados por los mozos solteros de los pueblos, que preparaban grandes hogueras e iban de casa en casa solicitando un obsequio o aguinaldo a sus vecinos para celebrar una comida al día siguiente. En definitiva, un rito que no se debe perder.