Con las marzas infantiles queremos que los niños le cojan el gusto a esta tradición
Pablo Abad, director de la escuela de música de Salas de los Infantes, nos comenta lo importante que es mantener una de las tradiciones más arraigadas de los pueblos burgaleses.
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Este año hemos cumplido el décimo aniversario desde que decidimos recuperar la tradición. Se tiene constancia histórica de que ya se cantaban a principios del siglo XX. Porque hemos investigado y los padres y abuelos de muchos de los que participan ya las cantaban. Todos los años además buscamos un restaurante de Salas al que salir a cenar. En esta ocasión la cena tuvo lugar en el Pelayo. Creemos que es vital que una tradición como esta siga manteniéndose porque forma parte al final forma parte de nuestra historia.
Nos juntamos aproximadamente una veintena de miembros y formamos dos grupos. Luego, durante el trayecto, se fue animando bastante más gente. Salimos de la Plaza del Condestable y fuimos a Costana, San Roque Santa María. Las amas de casa colaboraron sirviéndonos moscatel y pastas. También me gustaría resaltar el empeño que hemos puesto por hacer las marzas infantiles. Queremos que los niños conozcan esta tradición porque ellos son el futuro de la misma. También quiero recalcar el maravilloso apoyo que nos prestaron varios miembros de la Asociación de Jóvenes Serendipia grabándo vídeos y también tomando fotografías del momento.
Breve historia de las marzas
Las Marzas son los cantos con los que se recibe al mes de marzo, conmemorando de esta manera la llegada de la primavera. Esta tradición tiene lugar el último día de febrero o el primero de marzo en muchas localidades, especialmente en provincias del norte de España.Estas marzas o cantos eran interpretados antiguamente por los mozos de los pueblos, los cuales iban cantando de noche por las casas, en alabanza de la primavera, recibiendo en cada una de ellas un obsequio que podía ser manteca, morcilla,... La palabra de las Marzas proviene del latín Kalendae Martiae y tiene una tradición de siglos, probablemente incluso anterior a la llegada de los romanos a la península. Como su propio nombre indica, son cantos que se celebran en el mes de Marzo, aunque hay otros días como la noche de Nochebuena, Año Nuevo y Reyes, en que también se celebran.
Los grupos de las Marzas están constituidos por varones solteros que se organizan en cuadrillas o comparsas llamadas marzantes o marceros. La tradición dice que al anochecer recorrían una por una todas las casas de los vecinos pidiendo el aguinaldo a cambio de los cantos que entonaban. Lo primero que hacían era pedir permiso, comunicándolo oralmente al alcalde, al cura y al maestro del lugar. Una vez obtenido, los marzantes encabezados por el mozo soltero más viejo, abrían la ronda a base de grandes voces que alertaban a los vecinos para que no se fueran a la cama antes de tiempo. Al llegar a una casa, cuando el dueño abría la puerta, se preguntaba: "¿cantamos, rezamos o nos vamos?" por si en la casa había un enfermo grave o luto reciente. A cambio de sus cantos, los marzantes recibían el dao o limosna, donativo en especie o en metálico que la familia de la casa daba a los mozos. Si los dueños habían sido generosos, se les daba el "buen dao" a base de vivas al vecino donante. Sin embargo, los más tacaños recibían las marzas "rutonas", dándoles una cencerrada con los campanos que llevaban.