Molinos de Duero revivirá su emotivo y aclamado Via Crucis Viviente
Molinos de Duero espera con ansias la llegada de la Semana Santa, en especial del Viernes Santo, día en el que tiene lugar el imponente Vía Crucis viviente que recorre varias calles de la localidad pinariega.
A lo largo del paseo del Santo Cristo, se puede descubrir un espacio natural recuperado por la tradición. Consta de 14 cruces de piedra bien tallada de estilo neoclásico que a modo de paseo recorren la ribera por donde transcurren las aguas del incipiente río Duero.
En algún momento de la historia sirvió para practicar el rezo de estas estaciones de penitencia en los viernes de cuaresma y que en los últimos años se ha recuperado a modo de auto sacramental, donde se refiere la pasión de Cristo con un sentimiento de peregrinación que consigue cada tarde del Viernes Santo enlazar la liturgia de La Iglesia con las costumbres y tradiciones locales.
Este Vía Crucis Viviente es sin duda un acto muy llamativo y que además pone de manifiesto el compromiso del pueblo con el desarrollo y la vivencia de la Semana Santa. Nació como una iniciativa sociocultural y con la participación de algunos vecinos y, a día de hoy, es ya uno de los actos marcados en rojo en el calendario festivo de este pueblo pinariego.
Participan en torno a medio centenar de vecinos que por un día se convierten en actores. Llevan a cabo un recorrido que comienza desde la plaza mayor hasta la ermita del Santo Cristo, a 500 metros del pueblo y volver.
Sin duda este es un acto emotivo cargado de sensaciones donde los sonidos de rotos tambores se entre mezclan con los personajes que caracteriza el evangelio y los primaverales coloridos que nos ofrece la vegetación y el paisaje que vigilan nuestro bosques.
La tarde de Viernes Santo concluye con la procesión que, tras los oficios de la Iglesia, recorre las calles céntricas con imaginería sencilla que puede contemplarse en la parroquia de S. Martín de Tours durante todo el año.