La Nochevieja en Pinares: de los bailes en el salón a las champanadas y discomóviles

La Orquesta Sonarti repartió alegría y mucho ambiente durante años en las Nocheviejas de Covaleda. Foto: María Escribano Sanza
Con el tiempo, las tradiciones se van actualizando y variando hacia nuevas tendencias,  donde la música y el baile siguen muy presentes

Los tiempos van cambiando, y con ellos las tradiciones, también en nuestra comarca, y también en estas fiestas navideñas. Centrándonos en la Nochevieja, sin duda en el pasado, era un fecha marcada en rojo en el calendario para muchos de nuestros pueblos.

En Navaleno por ejemplo, la Nochevieja era la noche de los disfraces, ya que Carnaval, anteriormente, no se celebraba ni se le daba tanta importancia como se le da ahora. Durante esas noches, la localidad de Navaleno acogía el baile en el Salón Municipal, un baile, que se dividía en tres secciones, el tango, el pasodoble y la jota. La Nochevieja era uno de los días mas fuertes del año donde todo el mundo reservaba energía para poder bailar y cantar hasta bien entrada la madrugada.

También en Navaleno, Ángel Andrés de Miguel, quien nos dejó este año, elaboró, gracias a su destreza y maña con los componentes electrónicos, un racimo de uvas que se iluminaba según avanzaban las campaña y que servía, una vez finalizado, como lámpara en el salón.

En localidades como Quintanar de la Sierra, anteriormente el baile de fin de año se realizaba en la Sociedad, aunque con el paso de los años, se movió al Salón Municipal, para finalmente acabar siendo una celebración que se ha quedado en los bares y en los establecimientos del pueblo. También aquí, se volvió muy popular el tomar Benjamines en La Sociedad y en la discoteca Pikas.

Grupo de disfrazados en la Nochevieja de 2015 en la plaza de Salas de los Infantes.

En Salas de los Infantes, el Palacio de la Cultura acogía las campanadas. Las uvas 'oficiales' se tomaban en familia, mientras que una vez que concluían, los vecinos corrían al Palacio de la Cultura para revivirlas rodeados de amigos y comenzar así un año nuevo de la mejor manera posible.  A las 00.00, Jesús García, tocaba las campanas, anticipando así el año nuevo, en sincronía con la radio. Una vez sonaban las 12 campanadas, el ayuntamiento invitaba a champán y se cambiaba en número del año en la fachada del Palacio de la Cultura.

En Covaleda, localidad donde la música está muy arraigada, la orquesta Sonarti hacía las delicias de todos los vecinos en la Nochevieja. Esa afición musical motivó que se crearan grandes orquestas como lo fueron la Orquesta Urbión y la orquesta Los Bretos. Más recientemente aparecieron otros grupos musicales como la Orquesta Sonarti.

La Nochevieja antaño en Pinares se vivía principalmente en casa, con la familia extendida, o en reuniones con vecinos. En estas comunidades rurales, la vida giraba en torno a la convivencia y el apoyo mutuo, por lo que las celebraciones eran sencillas pero cálidas. La cena solía ser humilde pero especial, con guisos contundentes, además de dulces caseros como rosquillas, mantecados y tortas.

Era común encender durante las navidades hogueras en las plazas o en espacios abiertos del pueblo para celebrar el cambio de año. Estas hogueras no solo simbolizaban la luz y el calor en pleno invierno, sino también la renovación y la quema de lo viejo.

Las cuadrillas de jóvenes o de rondadores iban de casa en casa cantando villancicos o coplas tradicionales, deseando un próspero año nuevo a cambio de alimentos como chorizos, dulces o vino que luego compartían en grupo.

En las Nocheviejas, el escenario se aprovechaba para vivir momentos emotivos, como Pedro en Covaleda.

Aunque no existía el hábito de las doce uvas como lo conocemos hoy, en algunas localidades se realizaban rituales relacionados con las campanadas de las iglesias. Estos podían incluir brindar con vino local e higos o con algún frutos.

También la nochevieja y la navidad de antaño se vivían con un carácter más religioso. A día de hoy siguen muy presentes las misas del Gallo y de Año Nuevo, pero el sentimiento religioso de estas fiestas, se ha ido perdiendo según se va avanzando en las generaciones, quedando en muchas ocasiones en un segundo plano.

En la actualidad, la celebración de la Nochevieja ha ido perdiendo ese componente más tradicional en algunas zonas, pasando a ser una noche más normal. El grueso de la fiesta en la comarca a día de hoy se centra en los pubs y en los bares y en los actos previos que organizan muchas Asociaciones culturales.

Gracias a la involucración de los jóvenes en los pueblos, durante los días previos a la Nochevieja se celebran las champanadas populares y durante la noche de año nuevo la gente ser reúne en torno a discomóviles y orquestas.

También en este punto hay que recordar uno de los eventos que más popularidad han cobrado, como son las San Silvestres. Estas carreras populares, donde la gente acude disfrazada o ataviada con prendas navideñas normalmente, se han vuelto imprescindibles en muchos de nuestros pueblos.

Aquí se juntan dos factores, por un lado el deportivo, ya que mucha gente las realiza corriendo y con tiempo cronometrado y también entra en juego es aspecto más festivo, ya que sirve de lugar de reunión para despedirse de amigos y familiares y desearles un próspero año nuevo.

Disfraces en la Nochevieja de 2014 en Huerta de Rey, donde ha sido una noche especial durante mucho tiempo.

Además, suelen tener muy buena acogida y desde las organizaciones se realizan en ocasiones varios recorridos, para que se hagan corriendo o andando o incluso acompañados de mascotas.

La Navidad, aunque sus tradiciones y costumbres hayan cambiado, mantiene la misma esencia de antaño en Pinares, que es el volver a reunirse con familiares y amigos con los que no se suele quedar durante el año.

Los pueblos de nuestra comarca se llenan actualmente de color, con luces de navidad y muchas actividades a lo largo de casi un mes, algo que sería inmpensable hace 100 años.

La llegada de nueva música y actividades de otros países también han cambiado la forma en la que se vive la navidad, que  han sido capaces de traspasar fronteras y adentrarse en la España profunda. Un ejemplo que cada año está cogiendo relevancia en la comarca es la celebración de papanoeladas, donde las últimsa de este año se han celebrado para apoyar a los afectados por la DANA de Valencia. En definitiva, tradiciones que cambian, se actualizan o que llegan a desaparecer.