El pasado 8 de agosto nos dejaba Pedro Gil Abad a los 88 años de edad, meses después de sufrir un infarto cerebral en su casa de Quintanar de la Sierra el último sábado de mayo, jornada de la Virgen de Revenga. Nacido en Quintanar, en la Casa de Eulogio, a finales de los años 20 del pasado siglo, licenciado en Pedagogía y Graduado Social, fue director y Catedrático de Geografía e Historia en Bilbao, Inspector Jefe de Educación, Delegado de Educación en Vizcaya y copartícipe de la reforma educativa de las enseñanzas medias en la asignatura de Historia en la Universidad de El País Vasco.
Enamorado de su tierra pinariega, fue autor de varios libros fruto de una intensa y constante investigación, entre los que destacan: ‘Junta y Hermandad de la Cabaña Real de Carreteros de Soria y Burgos’, ‘Quintanar de la Sierra, un pueblo burgalés de la Comarca de Pinares’, ‘El Catastro de la Ensenada en Quintanar de la Sierra’ y ‘Por los Caminos de la Lana de las sierras de Burgos y Soria’.
Gil Abad colaboró en el estudio sobre ‘La Historia del País Vasco’, editado por Amaya, y numerosos artículos sobre historia y geografía en revista, prensa de difusión diaria y editoriales. En el año 2000 coordinó el curso de verano de Pinares de la Universidad de Burgos impartido en Quintanar de la Sierra. En 2004 fue uno de los impulsores del Xacobeo Carreteril, un gran reto, puesto que fue la primera vez que se diseñaba una ruta en carretas de tan larga duración. Fundó la Asociación Cidiana Tierra de Pinares,con integrantes que han realizado buena parte del Camino del Cid en sucesivas anualidades.
Su vida profesional la compaginó con su vida familiar, entre Bilbao y Quintanar. Enviudó pronto a causa de un accidente, y tuvo que sacar adelante a los tres hijos, Pedro, Ada y Gemma. Años después se casó con Araceli Gutiérrez, con quien ha convivido hasta el momento de su fallecimiento.
