Pilar Gómez: "No podemos relajarnos en exceso y pasar de la noche al día"
“Yo estoy perdiendo la paciencia y la vocación”. Así de rotunda se muestra Pilar Gómez, medico y directora de las residencias Campos de Castilla, El Mirador y Odón Alonso, en la provincia de Soria. Insiste Gómez en que las residencias no son una ONG, pero “se asemejan más a esto que a un negocio”.
La experiencia vivida en este último año ha sido muy fuerte, y ha convulsionado sentimientos y percepciones de Pilar y su entorno. En el inicio de la pandemia “no teníamos nada más que bolsas, y ahora estamos tratando de que las residencias se mantengan sin covid-19”, comenta la profesional de la medicina que no comparte ahora la opinión de quienes creen que ya en las residencias tiene que imperar la normalidad total, y recuerda que las personas vacunadas pueden actuar como transmisoras de la enfermedad.
Según la normativa, si en la residencia hay un brote “ya no se va a poder salir a ninguna parte”.Gómez recuerda que "la inmunidad al cien por cien con la vacuna no existe".
Pilar tiene claro que su primer trabajo es ser médico, y el segundo, directora. En su día a día, prevalece el tema sanitario sobre el comercial. “Vamos relajando medidas pero todavía los síntomas de lo de Semana Santa no se han dejado notar”, asiente la responsable de los tres centros de mayores. “No podemos relajarnos en exceso, y pasar de la noche al día”, afirma Gómez, para quien los residentes pueden no morirse ahora del virus, pero sí de enfermedades que se originen como consecuencia de él.
“Que daría yo por tener padres, y cuidarlos como estoy atendiendo a otras personas”, confiesa Pilar, quien no entiende algunos comportamientos. “Nosotros somos de carne y hueso igual que los demás”, añade, recordando que ella cogió el virus “y sé lo que es pasarlo yo y mis residentes”.
MÁS COLABORACIÓN
“Las residencias hemos hecho un buen trabajo”, afirma Pilar Gómez, por lo que “pido colaboración, y no críticas”. No quiere estar “como represora todo el día”. Apuesta por que “nos dejen trabajar a los profesionales que estamos dedicados a ello”.
Los mayores ya no están aislados, van saliendo del centro con medidas de seguridad. “Y cuando esto cambie podrán realizar la vida normal, sin cortapisas”, añade Pilar quien cree que “el tema de las residencias va a cambiar, pues no pueden ser sociales, ya que primero tienen que ser sanitarias, y se debe cambiar la visión que de ellas se tiene desde las instituciones, la normativa… pues las necesidades básicas han de ser lo primero.