Toda una fiesta serrana en Palacios de la Sierra
Hasta el paraje se acercó a una yunta de bueyes como homenaje a la actividad carretera, y una pareja de burros, utilizados también en décadas atrás para la extracción de la madera, y que ha formado parte de la historia de la zona.
Un grupo de cabras, de Rafael Garmendia, permanecían en el paraje para disfrute de la gente que paraba en el Hotel, y alguno también pudo probar la leche del ganado cabrío.
Durante toda la jornada, se degustaron pinchos y tapas de la zona, el ajo carretero, y un menú especial preparado la ocasión por los regentes del Hotel Villarroel.
En el interior del hotel, se colocaron aperos del trabajo con los animales, y trajes tradicionales, que pudieron ser vistos por los presentes.
En la puerta, se vendieron artículos de madera, productos relacionados con la micología y jabones naturales.