Carnavales
Eran los carnavales las últimas fechas del jolgorio y la alegría antes de entrar enla Cuaresma. Había que aprovechar bien el divertimento antes de entrar en los días de penitencia, de la meditación, del ayuno y la abstinencia, y de los rezos del Calvario, los Misereres, las Completas… Todos estos actos de oración y arrepentimiento se iniciaban en el Miércoles de Ceniza, tras el Martes de Carnaval, y acarreaban tras de sí el silencio de los cantos profanos y la ausencia del baile durante los cuarenta días, hasta la fiesta dela Pascua. Las fiestas de Carnaval no pasaban más allá del mero disfraz simplón en algunos niños y jóvenes en pandillas de poca bulla. La censura del gobierno franquista prohibía el uso de las máscaras. Ello nos hacía pensar, a los que nada entendíamos de prohibiciones, que detrás de aquellos antifaces se podría esconder “un enemigo” causante de atropellos varios difíciles de calibrar y de ahí su exclusión. Mis recuerdos de carnaval llevan sonidos de la canción “Saca las mulas Pedro” que ascendían por las paredes de las casas hasta las cocinas en petición de huevos para la tortilla que se hacía por la tarde noche y como había que regresar pronto a casa, no se disfrutaba mucho.
Los antecedentes de las fiestas de carnaval provienen de los tiempos remotos de los romanos que se celebraban en honor a Baco y Saturno, dioses del vino y de la agricultura, en las fechas de introducción a la primavera.
Son los Carnavales ahora un verdadero estallido social en muchos puntos de nuestra geografía española. Célebres y conocidos en todo el mundo son los de Cádiz, Las Palmas, Sta. Cruz de Tenerife, -este año sombrío tras un desgraciado accidente-… En nuestra tierra de Pinares estas fiestas recobran su identidad en muchos pueblos con fantásticas y variopintas clases de pedorretas como válvula de escape a los disgustos y preocupaciones diarios que no son pocos. Es en los Colegios de Primaria donde se inician los disfraces de Carnaval como un encuentro con la fantasía, con la transformación social y con la formación didáctica. Para los mayores sugiero una idea: Nos disfrazaremos de sobres abiertos a ver si recobramos nuestra cuenta A.
Guadalupe Fdez De La Cuesta