En el capítulo XVII Cervantes cuenta que D. Quijote y Sancho acudieron maltrechos y doloridos a una venta. Fueron curados de sus heridas por la mujer del ventero, la hija y la criada, Como se fueran sin pagar por su condición de caballero andante unos jóvenes mantearon a Sancho para holgarse con él.Esta imagen plástica me evoca a las sucesivas Leyes de Educación bautizadas con rimbombantes siglas dando volteretas, sin más, por los correspondientes gobiernos de turno.
Los políticos responsables atrapan los molinetes de sus cambios educativos en la manta y los vuelven a lanzar al aire hasta dejar sin aliento a las leyes y a los alumnos asidos a sus decretos. No es banal que en los años de la democracia se hayan vivido siete reformas educativas. Haciendo la cuenta sale un promedio de poco más de cinco años para hacer las maletas.
En todo este tiempo, los políticos de las diferentes escalas, por lo menos en Primaria, no han consultado con docentes, ni han visitado los centros para comprobar los resultados de las diferentes reformas. Eso si: en mi trabajo de maestra en una escuela pública he rellenado muchos cuestionarios, cartillas de escolaridad, actas, programaciones, exámenes, evaluaciones, y otros varios papeleos parala Administración. Ahora, cada tres años, miles de alumnos de 15 años se enfrentan a las pruebas de PISA dela OCDEdonde España no sale muy bien parada en estos análisis meramente cualitativos: Lectura. Matemáticas y Ciencias.
Los maestros somos fundamentalmente educadores en colaboración con la familia que es la responsable de su formación en valores como persona. Esa protección tutora quedó sin respuesta para los que siendo niños de doce años pasaron a “ser mayores” con la ESO. Desde entonces suma y sigue ¡Por favor, un pacto de Estado! ¡Por sus derechos humanos! ¡Menos informes PISA y más coherencia en labrar el mismo surco en su formación educativa¡.