Doce de diciembre, una fecha para recordar, por Lucio Alonso Marquina
450 aniversario del descubrimiento del Arca Original en la que reposaban las cabezas de los 7 Infantes de Lara.
En este año de dos mil diecinueve, el doce de diciembre, se cumplirán cuatrocientos cincuenta años del descubrimiento del Arca original en el que reposaban las cabezas de los Siete Infantes de Lara tras su envío, por el caudillo Almanzor, desde las tierras musulmanas de Córdoba hasta nuestra localidad de Salas.
En esa fecha, se levanta un Acta Notarial en el que se afirma que se había descubierto y abierto un Arca en la Iglesia de Santa María de Salas de los Infantes, en la pared al lado del Evangelio, y que era el mismo Arca en el que Almanzor había enviado las cabezas. Estaba tapado con una tabla inclusa en la pared y “ encima de ella hay siete letreros cuyos nombres dicen: Diego González; Martín González; Suero González; Fernán González; Rodrigo González; Gustios González y Gonzalo González”. Quitada la tabla ( indica el Acta ) “ aparece en la pared otra pintura antiquísima con los mismos nombres que la primera “.
Con posterioridad, el nueve de octubre de mil ochocientos cuarenta y seis, se hace un “reconocimiento” de los restos y se levanta, también, un Acta Notarial. Y, por último, el nueve de julio de mil novecientos veinticuatro, dentro de la conmemoración del novecientos cincuenta aniversario de la fundación de Salas, se levanta Acta de Exhumación de los restos de Los Infantes que son procesionados por las calles de la localidad, escoltados por fuerzas de lanceros y de artillería y acompañados por autoridades políticas y militares. Con ocasión de dichos actos, el Cardenal Benlloch guarda el Arca original dentro de otra más moderna y conviene con las demás autoridades, el promover para Salas el título de Ciudad que ahora ostenta.
Tras esta sucinta exposición histórica, a uno le queda la duda si las autoridades de Salas ( o“ las fuerzas vivas”) han tomado conciencia de lo que representa la historia de los Siete Infantes de Lara y de las distintas versiones que de la misma fueron apareciendo sobre todo en Crónicas Medievales y en versiones poemáticas de todo tipo y de diversos géneros literarios. Autores como Lope García de Salazar,Mosen Diego de Velara o el anglosajón Alan D. Deyemond; historiadores como Esteban de Garibay, Ambrosio de Morales y Juán de Mariana; autores teatrales como Lope de Vega, Juán de la Cueva, Vélez de Guevara o El Duque de Rivas o representaciones pictóricas como las ilustraciones de Antonio Tempesta y Otto Venius o la Serie de Zurbarán avalarían la importancia histórica del “Hecho”.
Los sucesos que inspiraron la leyenda, claramente de origen verídico, ocurrieron hacia el año 970 y fueron transmitidos oralmente en la forma de Cantar de Gesta, por generaciones sucesivas, antes de ser concretados por escrito sobre el año 1.100 en Crónicas Medievales. Su testimonio más antiguo es su prosificación en la “ Primera Estoria General de España” o “Primera Crónica General “ elaborada bajo el reinado de Alfonso X entre 1.252 y 1.284.
Junto con El Cantar del Mío Cid o el Poema de Fernán González, fue uno de los más importantes Cantares de Gesta de la literatura castellana y el mejor ejemplo de la épica española. Con gran tradición también en el Romancero, el antiguo Cantar de Gesta , ha sido reconstruido en la época moderna por Ramón Menéndez Pidal y correspondería a una “ realidad histórica” que tuvo un éxito considerable ( un auténtico “Bets Selles” ) en la Castilla de la Edad Media.
Incidir ahora en los sucesos que inspiraron la Leyenda o en el relato largo y dramático en el que el valor de las batallas entre moros y cristianos, el orgullo, las rivalidades familiares, la traición, la venganza y la hidalguía desempeñan papeles de importancia, no es ahora prioritario dado su conocimiento casi general. Ahora, lo importante es la cercanía de una efeméride significativa sin que apreciemos ningún movimiento social ni , lo que es peor, de nuestros representantes políticos , para la celebración de la misma.
El pueblo que olvida su historia ( y no me refiero al “folclorismo” más rancio ) , pierde su identidad, pierde sus raíces y sus principios y se ve abocado a la falta de singularidad y al adocenaminto.