La forja de un campeón, por José Luis Guerrero
Para los de Salas el tercero de los Pacheta es nuestro particular héroe nacional. Y digo el tercero, porque los otros dos hermanos, Juan Antonio y Javier, ya evidenciaron talento futbolístico, siendo el primero de ellos jugador destacado del Real Burgos cuando estaba en Segunda División, con una peña de aficionados que llevaba el nombre de Peña Pacheta por su arrojo y valentía a la hora de disputar el balón. Como decía Javier en plan mofa en el vídeo que se mostró, “no sé cómo ha llegado tan lejos José si era el peor de los tres”. Quizá porque supo tomar decisiones valientes en su vida, como irse a jugar a Marbella, abandonando él y su esposa el trabajo y la vida acomodada que ambos tenían en la sierra burgalesa.
En Salas de los Infantes hemos sido buenos deportistas, especialmente jugadores de fútbol, quizá porque aprovechábamos las eras no solo para trillar llegado el verano. Un buen salense con origen cántabro Germán Fierro me contó en cierta ocasión un dato muy revelador de esto que cuento. Salas, me dijo, ha tenido hasta diez chicos jugando en categorías nacionales, entre Primera, Segunda y Tercera, en la misma temporada. Y eso es algo insólito considerando que es una localidad de apenas dos mil habitantes.
Apellidos como Hernáiz, Heras, Molinero, Montero, Fierro, Rojo y un largo etcétera, están en la historia futbolística de una ciudad milenaria que ha sabido proyectar a sus jóvenes más allá de su entorno inmediato. Y es en ese escenario humilde donde se forjó un campeón como José Rojo Martín. El Club Polideportivo Salas ha tenido mucho que ver en que este pueblo haya sido cantera futbolística de categoría, llegando a tutear al primer equipo de Burgos en la Tercera División durante la temporada 83-84.
Pacheta recibió en Salas el reconocimiento que se merecía. El Ayuntamiento, el Club Polideportivo y la Asociación Juvenil Serendipia aunaron esfuerzos para tributar un homenaje en el que pudimos ver y escuchar a sus compañeros de juventud y de los equipos en los que ha jugado, desde el Salas, Lermeño, Numancia… hasta el Español de Barcelona. Mi amigo Fernando Molinero puso de relieve que él como entrenador fue quien le dio paso al primer equipo cuando todavía era un chaval.
Del hombre José Rojo me quedo con su humildad. Dijo que sus compañeros de Salas habían sido mejores futbolistas que él; y que el éxito del Elche era debido en gran manera a Chema, su asistente. Ha dejado una huella imborrable en aquella ciudad, donde se le adora, al punto de que hubo ilicitanos venidos para el acto en el Teatro Gran Casino de Salas.
Salas de los Infantes honró a uno de los suyos en un acto emotivo lleno de cariño y afecto, presentado con imaginación y destreza por Yanko, otro futbolista, que se difundió por las redes sociales con el hastag #Pacheta Selección. Pues eso.