viernes. 22.11.2024

Las praderas de Ontario, por Juan Largo

Pues anda que no estás señorito, Damián, quién te ha visto y quién te ve. Se ve que no te ha ido mal la vida, pájaro, has tenido tus comodidades, si hasta pareces un burgués, mira que lo he pensado yo a veces, que te iría dabuten en la vida. 

Juan Largo
Juan Largo

 No te podrás quejar, elemento, no te ha faltado de nada, has tenido pan y vino, has tenido una buena mujer y tienes unos hijos fenomenales, así cualquiera puede, ahora uno de ellos es abogado, mejor, así te puedes defender en los litigios, que en este mundo son muchos, ya te diré sobre los abogados, y la chica te ha salido periodista, pues tienes tol plantel, hasta puedes salir en el Telediario del Franganillo si quieres, y luego me dicen que hace poco te tocó la Lotería, la de la administración de la Calle Claustrilla, cómo se te ocurre el irte hasta la capital de mi provincia a comprar Lotería, si te has pegado hasta los mejores viajes, no como uno, que no ha podido, si me iba a morir yo primero con este cáncer, quién lo iba a decir, me iba a ir al otro barrio de una ventolera, por eso tenía uno lo del huerto, porque ya no era uno hombre, ya sabes que un hombre aguanta todo, pero yo no podía, el cangrejo ese me devoraba y ahora resulta que yo me curo, quién lo iba a decir, y tú estás como estás, con lo del Coronavirus, eso sí que no me gusta nada, lo de ese bicho, a ver si matan pronto al bicho y tú te arreglas, no faltaba más que no te arreglaras, tengo planes para ti, después de tantos años, podemos hacer un viaje a las praderas de Ontario, igual hay bisontes, te has dedicado a la vida de campesino en estos andurriales, y yo me he tenido que escoñar con el huerto, sí, sí pensaba que me iba yo palante antes que tú, y no me escribías  ninguna carta, como que no quisieras saber nada de uno, me iba a morir yo solo sin ti, no he tenido hijos, ya ves, las cosas, me afectó lo de mi enfermedad muy pronto, llevo ya más años que Matusalén con lo de mi padecer, si existe Dios.., como el santo Job, no hay que desesperar, pero si te cuento todo lo que me he perdido, no te haces idea, y eso que mi mujer ha sido muy buena, para un artista, cualquier mujer no soporta a un artista, yo tengo este premio, por eso he pintado esos cuadros que te habrán dicho, cuadros rústicos algunos, otros de otro estilo, expuse en Brasil, Francia, también en la capital, he tenido maña, pero yo creía que me iba a ir al hoyo antes que tú, y mira, estás ahora así, no creas que me alegro, no me hace ninguna gracia el asunto, no me digas que no con la cabeza, que me da mucha pena, que te me vayas a ir en un día como este, de pleno abril, cuando empieza la primavera y los campos dan gusto, si yo pudiera igual te daba algo mío, si necesitaras un órgano,  pero ya veo lo que me dice el físico, que no hay remedio, no me hagas llorar, Damián, esto no es una broma, no te puedes ir y dejarnos a todos así, que no he dejado de quererte, ni en los peores momentos, nunca he dejado de quererte, eras mejor que yo, eso desde luego, y no es pa tanto lo que pasó con el padre cuando se murió y no nos testó nada porque éramos malos hijos y nos habíamos enfadado entre nosotros… Tú te fuiste a La Gallega y yo me quedé en San Leonardo, pero eres mi hermano…

Las praderas de Ontario, por Juan Largo