Eso sí, llenos de la alegría y alborozo que proporcionan las fiestas estivales, reivindicando costumbres ancestrales y pensando en los mayores que, por fortuna, aún permanecen o visitan el lugar que les vio nacer, con la esperanza de dejar en él su último respiro. Tan triste como real.
Instituciones como las Diputaciones intentan protegerlos y “conformar” a sus habitantes, pero al depender de otras instancias superiores, carecen de peso específico para exigir y reivindicar. Es decir, el mundo rural, por una u otra circunstancia, está totalmente olvidado y cada vez cuenta menos en el contexto nacional y europeo. Nadie se lo toma en serio. Se sigue la política de masificación en grandes urbes (aunque se pudra la gente) y se ignora un necesario desarrollo distributivo o descentralizado en materia industrial.
Ocurre también, que a los pequeños municipios se les está vaciando, lentamente, de la autonomía que siempre tuvieron. De tal forma, que sus viejas costumbres y ordenanzas locales de buen gobierno, compatibles con su convivencia en armonía, las van borrando del mapa mediante “LEYES DIVERSAS” que, promulgadas fruto de “ocurrencias” en despachos urbanitas ocupados por tecnócratas que jamás han vivido en el campo, las imponen hasta en la aldea más remota. Léanse las conmovedoras lamentaciones de la alcaldesa de Cilleruelo de Arriba (DB. 28.08.15). O la denuncia del Alcalde de Navaleno (Soria) publicada en Pinaresnoticias.com relacionada con la nueva Ley de Montes 21/2015 de 20 de julio, de consecuencias muy graves para la comarca pinariega Burgos-Soria.
No basta a los lugareños ser hospitalarios y bonachones con quienes nos visitan en fiestas y luego nos ignoran en temas fundamentales. Necesitamos políticas compensatorias que realmente fijen población para que el campo no se transforme en desierto o selva, a medio y largo plazo.
Por último y centrándome en la anómala situación de mi pueblo, en términos electorales, me permito recordar a los jóvenes del lugar, que no desaprovechen la oportunidad de formar una candidatura nacida del pueblo y para el pueblo, ajena a los colores políticos sectarios y radicales al servicio de los partidos políticos. En mi humilde opinión, los pueblos necesitan unión local y comarcal para intentar recuperar el espacio perdido, así como para abrir un frente común ante a expropiación de nuestros derechos en materia de montes.
Vilviestre del Pinar, 28 de agosto de 2.015.
Fdº. Julián Chapero Vicente.