¿Por qué es buena idea invertir ahora en madera', por Leticia Rial
La evolución de los precios de la madera a largo plazo y la mitigación del cambio climático son algunas de las razones por las que la madera puede ser una inversión atractiva y sostenible.
.Históricamente, los inversores institucionales han prestado poca atención a la madera como clase de activo, en comparación, por ejemplo, con los bienes inmuebles y las infraestructuras, especialmente en Europa. Esto está cambiando actualmente, ya que la dinámica del mercado, el imperativo medioambiental y el entorno de riesgo macroeconómico se unen para volver a centrar la atención de los inversores, según se desprende de un reciente informe elaborado por la gestora alemana Aquila Capital, en el que se detallan las razones por las que la madera puede ser un activo atractivo en el que invertir.
Aunque se pueda creer lo contrario, la madera puede contribuir a mitigar el cambio climático. También puede ofrecer una fuerte tendencia a largo plazo de los precios de la madera, un potencial alcista mediante la optimización de los activos y la diversificación de la cartera.
Peter Schnellhammer, analista de investigación de inversiones, Johannes Baare, jefe de uso del suelo y silvicultura del carbono, y Edward Daniels, jefe de equipo de silvicultura de Aquila Capital, nos cuentan más detalles a continuación.
Invertir en madera: ¿por qué resulta interesante?
Fuerte tendencia a largo plazo de los precios de la madera
Aquila Capital considera que uno de los principales impulsores de la demanda es la descarbonización del sector de la construcción, en el que la industria utiliza cada vez más la madera como sustituto del hormigón y el acero, siempre que sea posible. “Junto con el aumento de la urbanización derivado del crecimiento de la población mundial, se espera que aumente la demanda de madera, lo que apoyará fuertemente los precios de la misma”, señala el informe.
La compañía explica que la volatilidad a medio o corto plazo en determinados mercados “puede mitigarse mediante la firma de acuerdos de suministro de madera o de precios fijos”. En concreto, detallan que una cartera internacional de madera “permite al gestor la flexibilidad de ralentizar o detener las operaciones de tala en zonas con precios de la madera más débiles, y aprovechar los precios de la madera más fuertes en otras”. La ventaja única de la madera es que no hay necesidad de talar en épocas de precios bajos de la madera, lo que permite que los árboles sigan creciendo en volumen y valor “sobre el tronco”, preservando y aumentando el valor de capital de la inversión en madera”.
Mitigación del cambio climático
En todas las clases de madurez, una hectárea (ha) de bosque en Europa Central absorbe aproximadamente 12 toneladas de CO2 al año a través de la fotosíntesis en la biomasa subterránea y aérea. “La capacidad total de retención de carbono depende de diversos factores como la especie arbórea, la madurez, el microclima, así como la disponibilidad de nutrientes y agua”, aclara el informe.
En este contexto, los bosques gestionados de forma sostenible bajo un régimen silvícola adecuado tendrán mejores resultados en cuanto a su función de retención de carbono en comparación con los bosques no gestionados. Esto se debe al hecho de que la gestión forestal implica la tala rutinaria de árboles maduros, que tienden a capturar menos dióxido de carbono a partir de cierta edad.
“Por lo tanto, las inversiones en bosques gestionados de forma sostenible pueden desempeñar un papel vital en la lucha contra el cambio climático. Estructuradas de acuerdo con los marcos jurídicos aplicables, las inversiones en madera también pueden contribuir a alcanzar los objetivos individuales de cero emisiones netas de un inversor en el contexto de la divulgación a los mercados y las partes interesadas”.
Potencial alcista gracias a la optimización de los activos
El estudio explica que los cambios en el régimen silvícola, la fusión de activos más pequeños en carteras más grandes, las mejoras en las infraestructuras de apoyo y las mejoras en el marco normativo aplicable “tienden a tener un efecto positivo en el valor del activo o cartera forestal en cuestión”.
Además, Aquila Capital señala que los gestores de inversiones madereras “desbloquean flujos de ingresos procedentes de fuentes auxiliares y relacionadas con la silvicultura, como el secuestro de carbono y las oportunidades de energía renovable”.
“La generación y venta de unidades de carbono en el mercado de cumplimiento y/o voluntario es hoy en día el ejemplo más destacado de monetización de las funciones de los ecosistemas relacionadas con los bosques. El desarrollo, por ejemplo, de parques eólicos en zonas forestales adecuadas también añade valor a un activo existente”, destaca la empresa.
Invertir en madera aporta diversificación en las carteras
Los autores afirman que, si bien los precios de las propiedades madereras dependen directamente de los flujos de caja previstos y de los cambios en el tipo de descuento del mercado, “los rendimientos no sólo están impulsados por los precios de la madera en función de la oferta y la demanda, sino también por el crecimiento biológico“.
El crecimiento biológico como motor del rendimiento, a su vez, es completamente independiente de los mercados financieros, afirman. Por lo tanto, está desvinculado de los fundamentos económicos que subyacen a los activos financieros. “Los activos forestales proporcionan diversificación y protección del valor en carteras mixtas, ya que el rendimiento futuro aumenta a través del crecimiento biológico, incluso en tiempos de incertidumbre y volatilidad”, añaden.
Además, indican que aparte de una correlación limitada con los precios de los activos financieros, el perfil de riesgo de las inversiones forestales “puede optimizarse aún más mediante la diversificación espacial, temporal, de producto y de mercado”.
“Los gestores de inversiones forestales con un profundo conocimiento del régimen silvícola aplicable y del funcionamiento de los mercados mundiales de la madera pueden construir carteras que comprendan varias jurisdicciones en distintos continentes, distribuciones de clases de edad, así como una combinación adecuada de especies arbóreas”, concluyen.