En relación a la V moción de censura, por Jaime Ribas
El objetivo de una moción de censura es doble: Censurar al Presidente del Gobierno y en segundo lugar, de prosperar, investir al que la presenta. En España, desde la vigencia de la actual Constitución se han producido 5 mociones, siendo la de VOX la que ha tenido menos respaldo. Sabían los dirigentes de VOX que en el mejor de los casos podían aspirar a sumar los diputados del Partido Popular, lo cual no hubiese cambiado nada en cuanto a derribar al actual Gobierno, pero si que hubiese situado a VOX como la alternativa, sin ninguna posibilidad de alcanzar al Gobierno. Hubiese sido un sorpasso de facto al propio Partido Popular. Nada en consecuencia convenía mas que al propio Pedro Sánchez la moción. Primero por su imposibilidad de salir adelante, segundo porque aglutinaba las heterogéneas fuerzas que dan soporte al Gobierno y tercero por situar en una encrucijada al principal partido de la oposición.
España es un país complejo sociológicamente, y con la ley electoral vigente hace casi imposible al centro derecha, dividido en tres opciones, alcanzar el poder. Los países europeos más consolidados tienen un bipartidismo, más o menos imperfecto y lo mismo ha sucedido en nuestro país desde la transición hasta la irrupción de dos formaciones nuevas en la derecha y una en la izquierda, fagocitando y creciendo el espacio que ocupaba Izquierda Unida. En la derecha primero apareció Ciudadanos, con una excelente labor en Cataluña, convirtiéndose en la formación que aglutinó la oposición a los separatistas, ocupando un espacio transversal en el que tanto el PSC por su pusilanimidad, como el PP catalán por su dejadez de funciones, habían dejado sin representatividad. El salto a la política nacional, coincidente con los abusos perpetrados por el bipartidismo tradicional, llevó a Ciudadanos a soñar con ser la alternativa al PSOE, sucediéndole como a aquellos equipos deportivos que casi alcanzan al contrincante después de un tenaz esfuerzo, para después desfallecer. Evidentemente si Ciudadanos hubiese superado al Partido Popular, la alternativa sería Ciudadanos y posiblemente Albert Rivera seguiría en la Carrera de San Jerónimo. VOX con la moción ha pretendido ser la alternativa, alternativa permanente, dado que su posibilidad de crecimiento siempre estaría limitado. Si Casado, en vez del brillante discurso que hizo, y de paso marcando distancias con el Gobierno, hubiese hecho seguidismo en la moción, hubiese firmado el fin del bipartidismo.
A Pedro Sánchez le interesa un VOX que se mueva y haga ruido. Primero y básicamente, con la Ley d´hondt vigente, salvo las provincias con muchos escaños que tienden a una cierta proporcionalidad, hace perder muchos restos en innumerables provincias. ¿A quien beneficia el voto a VOX en Soria? Y a sensu contrario ¿A quien beneficia el voto a Unidas Podemos en Soria? Y digo Soria por poner un ejemplo, extensible a no menos de 30 o 35 provincias.
En la V República francesa, fue el socialista Francois Mitterrand quien se preocupó de dar visibilidad al Frente Nacional, liderado en aquel entonces por Jean-Marie Le Pen, padre de Marine, con el único objetivo de debilitar al partido gaullista y favorecer la permanencia en el poder del propio Partido Socialista.
Es positivo que la Derecha extrema y la Izquierda extrema saquen la cabeza en las Cortes, pero con moderación, para dar representatividad a esos porcentajes que en ambos lados existen, pero posiblemente en menor número que los votantes que han podido sacar en las últimas contiendas electorales. Sin duda las financiaciones irregulares de los dos grandes partidos y el abandono por ambos de ciertos planteamientos intrínsecos a sus posicionamientos ideológicos, han hecho crecer a los polos. Pero esos polos, de uno y otro lado se construyen bajo la negación del adversario. España necesita un marco de convivencia abierto, donde el 95% de la ciudadanía se sienta cómoda. La alternancia supondrá una política económica mas socialdemócrata o más liberal, pero en ningún caso puede condicionar nuestras relaciones con la Unión Europea, los países aliados ni los Organismos Internacionales. E internamente debe prevalecer el Estado de Derecho, dicho esto especialmente para los separatistas.
En definitiva nuestro país debe afrontar un futuro que permita una calidad de vida a las generaciones futuras y para ello se necesita resolver problemas estructurales como el encaje de las sensibilidades periféricas de una vez. No se puede estar desde instituciones constitucionales, ejemplo algún Gobierno de Comunidad Autónoma, constantemente atizando contra España en foros extranjeros. El Covid ha venido a desajustarlo todo, pero se necesita una estructura económica de país con visión de futuro, que no seamos dependientes de ningún sector, y que de oportunidades de trabajo y futuro a los jóvenes y menos jóvenes.
Se necesita un país donde quepan todas las sensibilidades y nadie obligue pensar de determinada manera al adversario. Se necesita dejar la Historia a los historiadores, no a los políticos. Se necesita dejar la Justicia a los jueces, no a los políticos.
Se necesita seguir potenciando la Sanidad y el apoyo a las personas mayores, y todo esto solo se puede hacer desde un sistema parlamentario estable, que de confianza a los ciudadanos, y que no se cambie las reglas de juego a mitad del partido.
Por todo esto entiendo que no debía presentarse la moción de censura, y que es positivo para el Partido Popular, pero especialmente para España, que Pablo Casado saliese indemne de la misma, pues él y su formación deben recomponer el centro derecha, al igual que el principal partido del Gobierno, sin renunciar a sus planteamientos ideológicos, debería alejarse de las veleidades de Podemos y por supuesto de las excesivas concesiones a los nacionalistas, en detrimento de la igualdad de todos los españoles.
Y por último decir que el día que en nuestra nación no se cuestionen la bandera, la Jefatura del Estado o la propia Constitución –lo cual no impide a futuro mejoras o correcciones- seremos un país a la altura de nuestra historia, y se evitará que nadie se apropie de dichos símbolos o Instituciones, que deben ser de todos.