Es la llama viva y el cordón umbilical de los serranos presentes y ausentes. Gracias J.J. Andrés.
En cada número, y van 44, se apuntan y reclaman soluciones a nuestros problemas. Como respuesta, contemplamos únicamente ocurrencias. Sin duda, todas bien intencionadas, pero insuficientes y de corto o nulo alcance. Que si crear una Asociación en Hontoria, otra para mitigar la despoblación denominada Repuebla, que si viaje a Noruega, que reuniones para conocer y comparar las penas que sufren otras comunidades, etc. Todo muy bien, pero sin el potencial ni la base necesarias. Es decir, brindis al sol, protagonismo, prensa y división de opiniones que se diluyen en los comentarios de bar y de solana, como ocurre con un azucarillo en el agua.
Hemos podido leer opiniones concluyentes y acertadas como la del Alcalde de Navaleno, quejas de la Coordinadora de Montes y otras relacionadas con la propia Ley de Montes. Ninguna ha encontrado, ni encontrará, eco en la clase política.
Me conmueve la reciente reunión de los alcaldes “quejándose de la excesiva fiscalidad a los aprovechamientos de los montes”. Con el respeto que me merece la autoridad que ostentan, siento la necesidad de formular las siguientes reflexiones: 1. A quién se quejan. 2. Qué han hecho en defensa de la autonomía municipal en lo que respecta a la administración y reparto de los aprovechamientos forestales de propiedad COMUNAL y que pertenecen a sus respectivos vecinos. 3. Cuáles han sido las supuestas “quejas” contra las nefastas modificaciones de la Ley de Montes de 1957.
La calificación como bienes comunales de los aprovechamientos forestales y la obligación de repartirlos todos entre los beneficiarios, amén de los argumentos jurídicos basados en las particularidades de la Comarca Pinariega dentro del contexto legislativo regional y nacional, fueron y son, las armas básicas para anular la aplicación de impuestos ruinosos a nuestra riqueza forestal.
En los archivos de cada Ayuntamiento, encontrarán los expedientes relacionados con el Impuesto sobre “Bienes de Propios”, el de “Revisión de Riquezas Imponibles” o el de aplicación, por analogía, de “Sociedades Anónimas”. Todos se ganaron.
La diferencia, consiste en que todos los alcaldes y secretarios de aquellas épocas, actuaron como uno solo. Fueron en grupo a Madrid en gestión directa ante los políticos y legisladores competentes en la materia. Servían al pueblo y a sus vecinos en primer término y supieron aparcar su ideología política. Llevaban las Ordenanzas bajo el brazo para esgrimir su obligatoriedad de reparto a quien corresponde.
Antes y ahora, el poder político y el económico, convergen en los Ayuntamientos. De ellos tienen que partir iniciativas, proyectos globales, facilidades a promotores y defensa del patrimonio. Sin unión y sin objetivos claros, la denostada y singular Comarca de Pinares Burgos-Soria no verá la luz, ni avanzará en sus intentos de desarrollo turístico e industrial.
¿Dónde se fue la solidaridad serrana de tiempos difíciles?