No vamos a ser aguafiestas en estas fechas en las que la felicidad domina entre los mejores deseos que nos transmitimos como primer saludo para el año 2013. La verdad es que cada amanecer nos raya el firmamento de malos presagios que vuelan hasta los espacios siderales. Pero como diría Séneca: “El que se aflije antes de tiempo, se aflije más de lo necesario”. O ese otro proverbio chino: “El que teme sufrir, sufre de temor”.
No cederemos ante los pensamientos negativos, por mucho que el calendario rebose de malos barruntos económicos.
Lo que ocurre es que la realidad golpea a miles de familias con un sentimiento tejido de complejas situaciones, a los que, parodiando a Miguel Hernández, “por doler, les duele hasta el aliento”. Mientras tanto, nuestra clase política se empapela el cerebro con el tratado de Utrecht, por poner un ejemplo, mientras se olvidan los desahucios, el paro, los fraudes, los recortes en Sanidad, en Educación…
A mí me sorprenden los llamados “Asesores” en cada institución política, elegidos a dedo, incluida alguna “Policía paralela”. ¡Qué pasen por una oposición si no hay suficientes funcionarios cualificados para tal menester¡. Sorprende, a creyentes y no creyentes, que la asignatura de Religión Católica la impartan en la escuela pública profesores elegidos a dedo y los que enseñan “su alternativa” sean funcionarios docentes. ¡Qué pasen por una oposición¡, ¡Que a los señores políticos se les exija un examen de buenas prácticas además de los conocimientos en la Ética, de la Economía y de la Historia y no el dedo para formar las listas¡. ¡Que se olviden de los dedos en el pacto dela Reforma de la Administración y defiendan los derechos de los ciudadanos del mundo rural con poblaciones de menos de mil habitantes¡.
Para dedos los del Pantocrator, representación del Salvador sentado y bendiciendo desde el tímpano de nuestras iglesias románicas. Pues eso. ¡Que Dios nos bendiga¡. ¡Feliz año¡.