sábado. 23.11.2024
La opinión de
Guadalupe Fernández

Guadalupe Fernández

Desde Neila

La buena gente

Estamos ya sumergidos en la estación de la primavera. En nuestra orografía se aglutinan los matices de colores en un armonioso cuadro hecho de materiales de una naturaleza sublime.

Estuvimos allí

A mis años he vivido una de esas experiencias inolvidables, imperecederas, esos sucesos que se graban en nuestro campo emocional y modifican los hábitos de conducta.

La moda de saber cocinar

Ahora queremos conservar la salud siguiendo un régimen riguroso de comidas, tan estricto, que se nos trasforma en una enfermedad irritante.

Sentir la soledad

Es el invierno muy propicio a las elucubraciones sobre proyectos de conducta personal, entre otras razones, para darnos una mejor calidad de vida.

Más allá de los buenos deseos

En estas fechas de espíritu navideño, tal y como reclaman los anuncios publicitarios, nuestro cerebro es una asombrosa biblioteca con los recuerdos hechos libros celosamente guardados en las estanterías de nuestro campo emocional.

A nuestra manera

No hace falta ser un erudito para conocer la historia de nuestras tierras. En los pueblos se asienta la memoria histórica de algunos centenares de años.

 

Para tapar los baches

Ocurrió a finales de curso hace unos años. Fuimos de excursión con alumnos ya mayorcitos a pasar un día de campo desde Madrid a tierras de Segovia.

No nos cansemos de vivir

En una vieja canción de Julio Iglesias titulada “Me olvidé de vivir” dice en una de sus estrofas: “De tanto correr por la vida sin freno / De tanto querer ser en todo el primero / Me olvidé de vivir los detalles pequeños…/ 

Nos salimos de madre

Tengo un buen amigo al que he conocido desde su recién estrenada paternidad y ya pasa por ser un abuelo de tres nietos.

¿Por qué nos vamos?

No puedo expresar con palabras esta hermosa quietud de la naturaleza empapada del verde reciente de una primavera lluviosa,

A vuelta con las obsesiones

Sin obstáculo para hablar en próximas ocasiones del mundo juvenil en nuestros pueblos, hoy sigo hablando de las personas de cierta edad con lo que me afirmo en una obsesión: escribo para las vidas ya hechas como hice en mi artículo anterior.

 

 

Hablemos de mayores

Vivimos en ese período de nuestra existencia próximo a la orilla del “Mas allá”.  

Llegó la nieve

Han sido los días de enero generosos en la calidez de las solanas donde se han abrigado las gentes ávidas de la tertulia y del reencuentro social.

Un poco de humor

Ejercía yo mi primera experiencia como docente en una escuela unitaria de un pueblo poco habitado.

Año Nuevo

Querido Año 2018: Una bonita cifra la de este año terminada en los dos dígitos de la adolescencia para obtener la mayoría de edad: dieciocho años. 

 

Las otras sequías

En este otoño de sequía una raya divide las sombras profundas de los valles y las cumbres doradas que perforan un cielo azul intenso y transparente. 
  

Mi mensaje a los pueblos olvidados

Queridos pueblos olvidados:  Decía Miguel Delibes que el hombre está relacionado con la Naturaleza y no con los bloques de cemento de las ciudades.

Hablemos de tolerancia

Aún queda mucho por hacer aunque somos un país adelantado en la tolerancia con los “diferentes”. Nos importan las personas.

La vida rural a escena

Estamos de moda. La vida rural se desangra desde hace mucho tiempo con un diagnóstico de extrema gravedad.


 


 

Mujer de pueblo

Conocemos por experiencia las connotaciones que arrastran estos dos sustantivos unidos en un solo sintagma nominal: Decir mujer pueblerina suena a provocación, a insulto, a desafío, a una risa fácil.