31M.. La España Vaciada, ¿En el punto de arranque?

Se cumplen dos años desde la manifestación del 31 de marzo en Madrid, germen del movimiento de La España Vaciada, y punto de inflexión en el intento de buscar soluciones a la sangría poblacional que sufren las zonas rurales, entre ellas la de la comarca pinariega de Burgos y Soria.

 

Dos años después, la situación no ha cambiado. Seguimos sufriendo la misma problemática, agudizada aún más por este periodo de pandemia, con el que parecía despertar el interés por los pueblos como lugar de residencia más fiable frente a epidemias, pero que ha resultado más un espejismo, con situación puntuales de reversión, que un cambio de tendencia en el éxodo hacia las zonas despobladas.

¿Qué hemos ganado en este tiempo?. Diagnóstico del problema. Somos conscientes de que el avance de un territorio. Llámase Europa, España, Castilla y León… no puede coger velocidad si aguantamos un lastre como el de la despoblación. Es como el vehículo con una rueda reventada. Al final se tiene que parar.

España Vaciada, Reto Demográfico, Pacto de Estado, Fondos europeos, Repoblación,…Se han convertido en este tiempo en referencias, propuestas y consideraciones a tener en cuenta en la política económica y social de nuestro entorno.

Ha supuesto un gran espaldarazo la decisión de La Unión Europea  de primar la despoblación para el reparto de los fondos. Ahora queda pendiente saber canalizar estas líneas de trabajo hacia un objetivo concreto, sin que estas ayudas se desvíen por criterio y decisión de algún avivado dirigente o representante institucional.

El momento no es fácil. Nunca lo ha sido, y buena parte de la generación de noticia por parte del movimiento de La España Vaciada ha quedado eclipsado por la problemática de la crisis sanitaria y económica que vivimos. En ocasiones, ha dado la impresión de frivolidad al reclamar ayudas, apoyos y una política distinta para una situación que no es nueva, arrastrada desde hace décadas, cuando se está muriendo gente en residencias y hospitales por un virus que, más de un año después, no hemos logrado doblegar.

Quiero aquí destacar el gran papel que están desarrollando las plataformas, asociaciones, colectivos y redes, que no han movido un ápice su pretensión para intentar que se pueda debatir, consensuar, marcar o priorizar. El intento por lograr un Pacto de Estado es una de las pretensiones al que se están sumando cada vez más fuerzas.

Queda mucho por hacer, pero creo que estamos en el camino. Poco a poco estamos recibiendo señales para intentar buscar soluciones a un problema común que debemos corregir entre todos. La unión se hace primordial para alcanzar el objetivo. No cejemos en el intento, y seamos colaboradores, vigilantes, actores y beneficiarios.