Chocan estas intenciones con el muro de la Administración cuyos representantes, lejos de reconocer su falta de planificación, se enrocan en echar balones fuera, argumentando que han de ser otras instituciones las que se hagan cargo de tamaña responsabilidad, mientras anuncian una catarata de apoyos con mucha letra pequeña, incapaces de subsanar la sangría de pérdidas registradas en sectores básicos de la economía como pueden ser la hostelería, el comercio y los servicios.
La asunción de la gestión de la pandemia por parte de las Comunidades Autónomas nos ha defraudado. Hay un conglomerado de restricciones con distintos horarios, con variados plazos, y que, difícilmente, nos llevan a conformar un frente común contra este maldito virus.
Primero fueron las áreas básicas de salud, luego las provincias, luego las Comunidades. Cerramos perimetralmente por regiones, y más tarde lo hacemos por terrenos provinciales. Volvemos al cierre por autonomías, en unos sitios, en otros por municipios, en otros por comarcas. Abrimos la hostelería. En un sitio con interiores cerrados, en otros con un 30 por ciento, en unos terceros hasta las once de la noche, en Castilla y León hasta las ocho y a partir de ahora hasta las 21:30…
¿Alguien es capaz de poner orden a este maremágnun de decisiones distintas y distantes?.
El Señor Igea comunica que el problema está en las UCIs. ¿El problema de quién?. Qué sabemos los ciudadanos sobre cómo mueve la Junta de Castilla y León los fondos públicos para mejorar las dotaciones de los centros hospitalarios. El problema es que si se colapsan las Unidades de Cuidados Intensivos se pueden las vergüenzas de una Sanidad endeble, con grandes profesionales pero con exiguos medios. ¿Puede hacer frente la UCI del Santa Bárbara de Soria a una población envejecida como es la de la provincia con diez camas?.
Claro, lo fácil es restringir movimientos, cerrar locales y reducir horarios. Lo difícil es planificar, invertir y compensar. Lo primero ya lo han ejecutado. Lo segundo queda pendiente. Por favor dejen de culpar y criminalizar. Dedíquense a administrar bien, y dejen ese paternalismo hacia la ciudadanía que no les corresponde.